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Para Craig, la mayoría de los líderes están de acuerdo con que una cierta insatisfacción con el statu quo es positiva. Algunos directivos incluso consideran que dicha insatisfacción debe ser alentada y promovida. Igualmente, si bien existen empresas que proclaman a diestro y siniestro que su personal es su bien más valioso, la realidad es otra, y no todos los colaboradores son tratados como tales. Se pregunta el autor ¿Por qué siguen suscitando esta falsedad? No sé si lo hacen consciente o inconscientemente, pero, en todo caso, con ese tipo de práctica lo que realmente están propiciando es una perpetuación de mala praxis, en el sentido que ciertos empleados de condición se sientan mejor que los empleados de otra condición.
EL autor intenta dibujarme una perspectiva de los desiguales desajustes que se suelen cometer periódicamente en el día a día de una empresa, caminando por cuestiones relacionadas con la innovación, los recursos humanos, los equipos de trabajo, el liderazgo o la cultura empresarial. Y es que cuando los directivos no son capaces de implementar los principios gerenciales que han fortalecido y unificado a las grandes empresas o cuando condescienden que dichos principios sean esgrimidos en beneficio de ciertos individuos en específico, se carcome la viabilidad empresarial. Cuando estos deslices directivos no son denunciados y subsanados, nos encontramos ante una mala praxis directiva, que socava la moral, la productividad y a la propia organización.
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[1] Craig R. Hickman. Management Malpractice: How to Cure Unhealthy Management Practices That Disable Your Organization. Editorial Platinum. 2005.
[2] Este texto también se ha editado en el sitio BOOKPOST, bajo el título "Mala práxis gerencial" (Fuente de la imagen: mvc archivo propio).