domingo, 27 de noviembre de 2016

¡Más corto que las mangas de un chaleco!

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Sábado pasado por agua y al cuerpo le apeteció calentarse con una mescolanza a base de tinto y embutidos variados. En cuanto al vino, Castillo Rioja crianza 2013, tiene el amigo la manía de no decirme su valor económico, que considera de mal gusto, y lo entiendo, pero dependiendo del precio, redondearía la crítica. Ahora que no me escucha, te confieso que lo he buscado en la Red de Redes y percibo sólo cierta competitividad, puesto que va acompañado de relativa calidad. 

Por muchos premios que disponga el vino e historia su productor, y aunque el típico aroma de frutos rojos, con alguna pincelada a rancio, me atrapó en un primer momento, esta sugestión se diluyó por el soberano disimulo de su sabor, con suaves notas frutales que prontamente concluyeron difuminándose en boca[1]. En cuanto a la bodega, si bien actualmente pertenece al grupo H.A. Barceló[2], sus raíces centenarias se adentran hasta el año 1894, en pleno corazón de la Rioja Alavesa[3].
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[1] A lo ¿Comor? de Chiquito. Tal vez la humedad del ambiente lluvioso, el maridaje al que lo sometí… o simplemente la calidad del producto, el caso es que se me vino a la mente otra frase del maestro: ¡más corto que las mangas de un chalecooorrr!
[2] Que inició su andadura en Málaga, allá por 1876.
[3]  A continuación te dejo un vídeo, subido a Youtube por Todovino, con unas pinceladas de Bodegas Palacio.