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Se dice en mi tierra, “Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”, significando que si pierdo de vista, me falta astucia o no estoy al tanto de un tema que me interese u ocupa, se pasará la oportunidad y otro la aprovechará[1]. Me constaba que a Paco le chiflan los camarones pequeños y como tenía que hacerle la pelota para que no se me "pasara el arroz" en un tema laboral, adquirí un buen puñado de este marisco en el mercado central. Antes de cocinarlo, me gusta espulgarlos e higienizarlos un poco, si bien algunos expertos en estas artes culinarias no lo aconsejan. Ya, delante del amigo y a la vista del género, le pregunté cómo le apetecía degustarlos. Eligió la cocción, así que ni corto ni perezoso, puse agua a cocer[2], a razón de un puñado de sal gorda[3], por litro de agua y teniendo también en cuenta que el crustáceo no puede sobresalir del líquido elemento.
En cuanto al cocimiento, tampoco es difícil, sólo hay que recordar algunos hábitos, además del de la porción de sal. Por ejemplo, me gusta añadirle dos o tres hojas de laurel, cebolla y algún que otro diente de ajo. La cocción en sí dura menos de un minuto y rápidamente se cuela el camarón y se introduce en una vasija donde previamente se ha llenado de agua fría (utilizar hielo para enfriar), de forma que se frene la cocción, facilitando el posterior desnudado del alimento. Finalmente, se colocan en el plato y se le incorpora sal al gusto. A continuación te dejo un vídeo, subido a Youtube por Cocina con Carmen, explicando cómo se elaboran las tortillitas de camarones, tan famosas en Andalucía (España) en general y en Cádiz en especial. Así que ya sabes, "camarón que se duerme..." (fuente de la imagen: mvc elaboración propia).