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Lo anterior te lo cuento, además de información y como refuerzo a mi marca personal, para incidir nuevamente en la necesidad de educación continua, a lo largo de toda nuestra vida laboral, la cual, por desgracia o por suerte, ya no es como la vida profesional, empresarial, institucional o laboral de nuestros abuelos, padres o hermanos mayores. Desde que en el año 1993, cuando ejercía de director de auditoría interna en una agrupación empresarial del sector de la distribución (ver post “Ni seguratas ni chivatos ni detectives”[2]), y asistí en la organización a una acción formativa de inglés, de esas enmarcadas en lo que ya se empezaba a conocer como “formación continua”, empecé a darle vueltas al tema del reciclaje profesional continuo. Poco más tarde, en mi estancia en una organización del sector de la enseñanza (ver post “Secretaría General”[3]), llegué al fondo de la cuestión, es decir, a la necesidad de formarse a lo largo de toda la vida, dentro y fuera del sistema educativo, como dice el legislador español, con el fin de “adquirir, actualizar, completar y ampliar" las "capacidades, conocimientos, habilidades, aptitudes y competencias" para nuestro "desarrollo personal y profesional”.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Por fin llegó. 2013. Sitio visitado el 16/09/2016.
[2] Velasco Carretero, Manuel. Ni seguratas ni chivatos ni detectives. 2006. Sitio visitado el 16/09/2016.
[3] Velasco Carretero, Manuel. Secretaría General. 2010. Sitio visitado el 16/09/2016.