Si eres follower de este sitio, conocerás que en más de una ocasión he escrito sobre empleo, formación y educación, así como sus respectivas ayudas y subvenciones y los chanchullos y corrupción que estas acciones llevan aparejado, al menos en mi país (y luego dicen que la culpa de la improductividad es del trabajador y de la empresa), conformando esos “papeles de la formación” en España. Pues bien, hay otro proyecto, Programa Operativo de Empleo, Formación y Educación (POEFE), del que hace unas semanas se dieron a conocer los resultados de la reunión del Comité de Seguimiento. El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España, a través de su web da a conocer cómo la Unión Europea colabora en el desarrollo de las políticas educativas en la piel de toro a través de la cofinanciación del Fondo Social Europeo y cómo se gestionan sus recursos, contribuyendo a alcanzar los objetivos de la Estrategia Europa 2020. Por lo visto, el Fondo Social Europeo cofinancia junto con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte un conjunto de medidas en materia educativa, entre otras, algunas de las previstas en la Ley Orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE).
Para ello, la Secretaría de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades actúa como organismo intermedio del Programa Operativo de Empleo, Formación y Educación en el periodo 2014-2020, desempeñando funciones delegadas de la Autoridad de Gestión del Fondo Social Europeo ubicada en la Unidad Administradora del Fondo Social Europeo en España (UAFSE). Ya imagino los ojos de algunos individuos, haciendo chiribitas, mientras sus maquiavélicas mentes carburan nuevas formas de aprovecharse de estos fondos, ahora con los métodos “en la habitación” (on room), el arte del birlibirloque de los certificados de profesionalidad, los másteres y otras hierbas educativas aromáticas, las estructuras organizativas sustentadas en fundaciones, offshore para la evasión de impuestos y becarios a porrillo. Todo ello, como siempre, ante la impasible y presuntamente connivente mirada a otro lado de los Poderes del Estado (Legislativo, Ejecutivo y judicial). En fin. No te sorprendas. Estamos en España, por lo que todo esto es posible, abonando la realidad de esos “Otros papeles de Panamá”, que si alguna vez salen a la luz, habrá incluso hipócritas (representantes sindicales y empresariales, fundamentalmente) que se rasguen las vestiduras, como mosquitas muertas ante tal estafa monumental (Fuente de la imagen: pixabay y elaboración propia).