miércoles, 16 de diciembre de 2015

El ecosistema plutocrático español

Fuente de las imágenes: pixabay
Si vives en España o eres asiduo a sus medios de comunicación, muy probablemente te encuentres al tanto de que estamos en periodo de elecciones generales. Casi todos los partidos políticos, salvo algún que otro, prometen "el oro y el paraíso" al españolito y a la españolita, que creyéndose “españolistos” y “españolistas”, da igual el color político con el que se sientan identificados o profesen (conservador, progresista, liberal…) decidirán creyéndose el rey del cotarro. Y está bien que se sientan así, porque cada voto es fundamental, mueve montañas: “Hay que ir a votar” es lo que le digo a las personas con las que me relaciono. Pero después de ver el último cara a cara de la, todavía, inmadura democracia española (El Mundo, ABC[1]…), no logro quitarme de la cabeza la imagen del ecosistema plutocrático en el que presiento vivimos, fundamentado en el ejercicio del poder por quienes ostentan las fuentes de riqueza o el dominio económico. 

Ya Tucídides consideraba la plutocracia no como un sistema político alternativo a la democracia o la aristocracia, sino como una corrupción de tales sistemas, inestable y desvirtuada, e inevitablemente ligada a la oligarquía, puesto que los señalados como plutócratas tienden a ignorar los intereses del estado, la responsabilidad social y los embarazos políticos, empleando el poder para su propio beneficio, conduciendo todo ello a conflictos sociales, como la cruenta revolución de los Gracos en Roma (133-123 a. C.). Según los expertos, actualmente, una forma habitual de manifestación de los sistemas plutocrácticos, de manera discreta pero efectiva, es a través de la financiación a los partidos políticos. É. Rojas[2] llega a afirmar que la democracia liberal es un sistema muy caro puesto que quien tiene dinero participa, pero quien no lo tiene se queda fuera del sistema.

Según mis ideas claves, no cabe duda que la plutocracia es un sistema que favorece la financiación irregular de los partidos políticos, siendo las características principales que identifican a los gobiernos plutocráticos: la apariencia de legitimidad democrática en el ejercicio del poder; gobiernos legitimados por el apoyo del poder legislativo, que en lugar de atender al mandato de los votantes, comprometen los objetivos gubernamentales a la voluntad de los poderosos; relación tácita entre quienes tienen el poder económico y los representantes públicos, que puede identificarse como una suerte de mandato tácito a través del cual los cargos públicos ejercen como mandatorios encargados de realizar la voluntad expresada por los mandantes, que no son otros que el poder económico-financiero. A buen entendedor… (fuente de la imagen: pixabay y elaboración propia).
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[1] Sitios visitados el 16/12/2015.
[2]Rojas Figueroa, Édgar Hugo. EU: La plutocracia detrás de la democracia La democracia liberal es un sistema muy caro. Quien tiene dinero participa, quien no lo tiene queda fuera del sistema. Cambio de Michoacán. 2006.