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A estas alturas de la película creo que no hay lugar a dudas acerca del cambio de época (que no época de cambios) en la que estamos inmersos. Sin embargo, por mucha época de cambios en la que nos encontremos, si no registro un cambio modal y conductual en sintonía con el nuevo marco conceptual exterior, mis intentos de mudanza, centrados singularmente en los procesos y métodos consignados para provocar dicho cambio interior, fracasarán estrepitosamente.
En Viral Change: The Alternative to Slow, Painful and Unsuccessful Management of Change in Organisations[1], que traducido con mi ingles de los Montes de Málaga es algo así como “Cambio viral. Alternativa para evadir una parsimoniosa, punzante e ineficaz gestión del cambio”, L. Herrero plantea que me dedique menos al proyecto de cambio en sí y me preocupe más por transmitir a otras personas distintos enfoques que asocie en la mente a modo de soluciones, propuestas u opciones, de forma que las nuevas conductas propagadas viralmente se tornen evidentes y sostenibles.
Realmente, el cambio viral propuesto por Herrero no depende tanto del cambio de época como del conglomerado cultural de redes sociales que integran Internet, puesto que este entramado comunicativo es el que posibilita la masa crítica necesaria para que se consoliden los cambios ineludibles, jugando la cultura un papel fundamental, pero como punto de llegada, no de partida, debido a que mi conducta modela a la cultura, no la cultura a mi comportamiento. Por tanto, para lograr ese anhelado cambio en consonancia con el cambio de época, deberé concentrarme en mi cambio de conducta, no en el proceso de cambio en sí, permitiendo que mis comportamientos, sintonicen con la cultura de cambio y, subsidiariamente, la potencien.
En todo este insignificante maremágnum de tránsito promovido de soslayo por mi perfil profesional, lo viral, a través de Internet y aunque sólo sea en contacto con otro usuario o interesado virtual, cobra una importancia excepcional en la difusión del cambio individual y su integración en el cambio social, retroalimentándose mutuamente ambos cambios. Por lo anterior, me siento feliz de que hayas llegado hasta aquí, puesto que tu visita, crítica o silencio, retroalimenta mi cambio personal, armonizándolo con el Cambio Social en el que tú y yo estamos sumergidos (Fuente de la imagen: pixabay).
[1] Herrero, Leandro. Viral Change: The Alternative to Slow, Painful and Unsuccessful Management of Change in Organisations. Editorial Meetingminds. 2008.