miércoles, 5 de noviembre de 2014

Directivos de entornos

El personaje, vendedor de comics. Jeff Albertson de los Simpsons. Fuente: elaboración propia
Siempre que, coyuntural o estructuralmente, me toca coordinar un equipo cuyos componentes se encuentran situados en distintos lugares del globo terráqueo, aprovechando los avances tecnológicos, impensables hace unas décadas, me embarga la necesidad de trasladar por el espacio virtual, on line, que nos conecta, motivación, coordinación, interacción e inspiración. Indudablemente, este protocolo comunicativo, que no tiene por qué catalogarse como teletrabajo, conlleva beneficios por doquier, pero, también, implica responsabilidad adicional y aspectos no superables como la importancia de la presencia física, por mucho que el plasma de última generación intente atenuar esta deficiencia perceptiva visual real.

Como ya he comentado en otros momentos[1], debo conquistar distintas destrezas y recursos pedagógicos, didácticos y de liderazgo que conciban realizable el transcurso de la dirección a través de la informática y las telecomunicaciones. Asimismo, una de las tareas tradicionales de los directivos, la verificación y el control, no tiene sentido en el nuevo marco virtual, transformándose ese rol en un papel más bien de catalizador de las relaciones profesionales de los miembros del equipo entre sí y del equipo con otros equipos, función que denominaría “directivos de entornos”, ya sean estos ambientes efectivos, implícitos o mixtos (Fuente de la imagen: sxc.hu). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: mvc archivo propio.
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[1] En el blog.