Fuente de la imagen: archivo propio |
Posteriormente, he tenido la oportunidad de trabajar en algunos proyectos cooperativos de
distintos sectores productivos, desde el transporte y comercialización de
productos (ver post “Parece que fue ayer”[1]), hasta la industria del vino, del
aceite o del aderezo, incluso una Sección de Crédito, caja rural (ver post “Si el vino viene, viene la vida”[2]).
Por eso, las noticias sobre la situación de Fagor (ABC, El País,
El Mundo[3]), no hacen sino entristecerme. Cuesta entender que una de las
organizaciones más admiradas de mi país, desde hace años haya entrado en una
espiral negativa ante la impasibilidad de la otrora poderosa y respetada organización Mondragón.
Me recuerda otro modelo, también estudiado (ver post ¡Dadles espacios, dejadles soñar![4]), el de Irizar, si bien esta empresa parece que se salió de la red cooperativa en 2008.
Ahora se habla de deslocalización, de la caída del mercado
español, del boom inmobiliario… como orígenes de este monumental
despropósito, pero no lo entiendo, puesto que si España sólo suponía el 24% de
las ventas, se tambalean esas causas esgrimidas. Creo que el quid de la
cuestión se encuentra en la gestión del modelo cooperativo, liderado por
Mondragón, que ahora, dicen los medios, el grupo ahueca el ala, abandonando a su hija.
Pienso que
el modelo en sí sigue siendo bueno, el problema son los que lo aplican,
gestionan y desarrollan, que no han sabido evolucionar y adaptarse a la
realidad actual en los siete años que se dice, los gestores eran conscientes de los problemas. ¿El modelo o la gestión de éste? Te dejo una instantánea del XXV aniversario de Virgen de la Oliva, con parte del equipo que tuve la suerte de dirigir. Imagen incorporada con posterioridad; fuente: archivo propio.
______________________________
[1] Velasco Carretero, Manuel. Parece que fue ayer. 2006. Sitio visitado el 20/10/2013.
[1] Sitios visitados el 20/10/2013.
[1] Velasco Carretero, Manuel. ¡Dadles espacios, dejadles soñar!. 2009. Sitio visitado el 20/10/2013.