Después de escuchar ayer la noticia del desastre de la
candidatura Madrid para organizar los juegos olímpicos de 2020, rememoré las
veces que he tenido que recuperarme de tremendos palos profesionales, puñaladas
traperas y ninguneos de todo tipo. En esos sensibles momentos es bueno
reflexionar sobre nuevos caminos y, por supuesto, disponerse para lo más
negativo. Al igual que para ti y para mí, para la capital de España el sol
también sale esta mañana.
En este maremágnum de despropósitos, la capacidad de recuperación debe ser una
habilidad perenne, cautivando y resolviendo desafíos, a la par que se emerge
más reforzado. Por otro lado, cuando llega una noticia negativa, procuro
valorar justamente lo que queda, evitando que el desastre sea mayor, aprendiendo de todo lo sucedido e iluminando el futuro con las antorchas que pueda confeccionar y encender. Ánimo, Madrid.
Quiero pensar que no hay mal
que por bien no venga. Ahora a trabajar contra todo lo que nos ha relegado a un presuntamente injusto tercer puesto, sea la corrupción, el dopaje, los
desajustes económicos, sociales… Y veremos como otro futuro olímpico podrá ser posible, si quieren los madrileños (Fuente de la imagen: página web de la candidatura).