Vaya “pechá” de agua de lluvia la que ha caído esta mañana en Málaga (España).
Espero que no haya afectado mucho a las infraestructuras y a la sociedad civil.
Primera tormenta importante en mi ámbito local de actuación ¿Será un avance
metafórico de lo que nos espera a los españolitos y españolitas en el otoño?
El
tiempo lo dirá, pero muchas papeletas tenemos. Después de una intensa primera
semana de septiembre, a estas horas del tardío alba, me apetece cambiar el tema
político por otro de peso. Por enésima vez me voy a proponer bajar unos kilos.
A ver si este curso es el definitivo y consigo el peso ideal.
Escribe Keenan Mayo en Business Week, “How to Work OutSecretly at the Office”[1], que si utilizo la recurrida excusa de que estoy demasiado
atareado para ir al gimnasio, debo saber que realizar ejercicios físicos no debe
circunscribirse a las horas después del trabajo, sino que puedo quemar calorías
en la oficina, desde subir y bajar escaleras, apretar el culo, el puño, los
antebrazos, abdomen, hasta levantar cajas con carpetas, pasando por flexiones o
sentadillas.
Recomienda Keenan que sea creativo. Lo intentaré. Te dejo una foto que me robaron el
otro día, mientras realizaba el trote matutino de veinte minutos por la playa (algo es algo), y que me sirve para descubrirte la grasa que me sobra y que debe irse antes de que termine el año: sí o sí. Fuente de la imagen: msm
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[1] Keenan Mayo. How to Work OutSecretly at the Office. Business Week. 2013. Sitio visitado el 07/09/2013.