miércoles, 7 de agosto de 2013

Suerte les deseo

Fuente de la imagen: archivo propio
La reunión de ayer sobre la nueva orientación de la dirección comercial en las empresas de formación, me recordó el libro de James A. Belasco (sí, Velasco, con “B”) que compré en 1992: “Enseñar a bailar al elefante”[1] (Plaza & Janes). Lo he rescatado de la estantería para escribirte la sinopsis. El texto trata cómo los altos ejecutivos deciden dar nuevas orientaciones a sus proyectos empresariales. Belasco ofrecía un “porrón” de ejemplos de instituciones privadas y públicas que sobrevivieron utilizando técnicas iguales o similares a las desgranadas en su libro.

Se me quedó en la mente el relato del elefante encadenado (historia también atribuida a Jorge Bucay), sobre por qué los elefantes domados se quedan quietos. Los domadores atan a los animales jóvenes con gruesas cadenas que a su vez penden de clavadas estacas. Los elefantes viejos, con un sencillo brazalete alrededor de la pata sin ninguna atadura, no escaparán, a pesar de que con la edad disponen de una brutal fuerza para arrancar de cuajo la madera. 

Escribía James que al igual que el ejemplo de los paquidermos, existen organizaciones atadas por costumbres que posibilitaron un relativo “éxito” en el pasado pero que, sin querer darse cuenta, son el germen del fracaso futuro. En resumen. Estos elefantes del sector de la consultoría en formación llevan años intentando aprender a bailar las melodías comerciales actuales, pero por mucho tubo de ensayo, no atinan. Suerte les deseo (fuente de la imagen: freepik.es). Imagen incorporada posteriormente; fuente: archivo propio.
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[1] Belasco, James A. Enseñar a bailar al elefante. Plaza & Janes. 1992.