Fuente de la imagen: archivo propio |
Se me quedó en la mente el relato del elefante encadenado (historia también atribuida a Jorge Bucay), sobre por qué los elefantes domados se quedan quietos. Los domadores atan a los animales jóvenes con gruesas cadenas que a su vez penden de clavadas estacas. Los elefantes viejos, con un sencillo brazalete alrededor de la pata sin ninguna atadura, no escaparán, a pesar de que con la edad disponen de una brutal fuerza para arrancar de cuajo la madera.
Escribía James que al igual que el ejemplo de los paquidermos, existen organizaciones atadas por costumbres que posibilitaron un relativo “éxito” en el pasado pero que, sin querer darse cuenta, son el germen del fracaso futuro. En resumen. Estos elefantes del sector de la consultoría en formación llevan años intentando aprender a bailar las melodías comerciales actuales, pero por mucho tubo de ensayo, no atinan. Suerte les deseo (fuente de la imagen: freepik.es). Imagen incorporada posteriormente; fuente: archivo propio.
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[1] Belasco, James A. Enseñar a bailar al elefante. Plaza & Janes. 1992.