Fuente de la imagen: archivo propio |
Después de unos años sin escuchar el típico “tu perfil es de
financiero”, ayer me lo volvieron a soltar. Parece que de nada sirvió el post “Perfil técnico”[1], pero siguiendo la moraleja, recomendación o mensaje de la frase
atribuida a Winston Churchill “Nunca llegarás a tu destino si te detienes para
arrojar piedras a cada perro que te ladre”, no voy a entrar en más
controversia. La conversación de anoche por wasap, con un versado contacto, sí me generó una reflexión acerca de los “vetos”
que personas asignan a otras personas, impidiendo el acceso de estas últimas a
tal trabajo o puesto. Llegué a la conclusión que para cuestiones del sector
privado, cuando me vetan, si en más de una ocasión me han vetado, es lo mejor que me puede
pasar, porque no desearía estar en un proyecto pyme, de varios socios, en el que algún miembro del
consejo de administración tuviera ánima aversión hacia mi persona por vete tú a
saber qué mala interpretación, prurito, envidia, inseguridad o debilidad del sujeto en cuestión. Incluso, te pueden vetar porque digan que eres conservador, progresista o católico (desconociendo realmente la verdadera corriente política o religiosa que fluye por tus venas) o, mejor aún, que todos los días escribes un post ¡Cómo si fueras un candil de la calle!
Lo que no se puede contar con nombres y apellidos es y será siempre incontable, por profesionalidad, discreción y ética de actuación personal, es decir, el Camino. Pero no te confundas. En el sector público sí tienes tu derecho a optar, por lo que ¡caña
al mono! Porque no sólo te asiste tu derecho, sino el del resto de los que
sostenemos lo “público” a que la plaza sea ocupada por aquél que sea
correspondida por derecho, por lo que tienes que echarte ese presunto impedimento
a tus espaldas y luchar por lo que te pertenece “en derecho”, por mucho veto
del energúmeno de turno. Bueno, termino. A ver si lo que nos dice hoy el presidente del gobierno español de España, sobre el tema de la corrupción en nuestro país, se encuentra envuelto en altas dosis de verdad y de sinceridad (confío en ello), haciéndonos recuperar la confianza en la política y, por el contrario, no cae en vetos, mirada para otro lado, escudarse en la todavía inexistente recuperación o, peor aún, silencios o medias verdades, porque ese camino no beneficia ni a él ni a la gente honrada de este sufrido y cada vez más descorazonado pueblo español (Imagen de parte de una conversación a través de wasap, editada con permiso previo del interlocutor).
_________________________
[1] Velasco Carretero, Manuel. Perfil técnico. 2008. Sitio visitado el 01/08/2013.