miércoles, 1 de mayo de 2013

¿Celebrar qué?

En el post ¿Y ahora qué, España? te confesé la pregunta que todavía no he encontrado respuesta. Hoy es el día del trabajador, pero en España, al ritmo que vamos y el drama del paro que se extiende como una gangrena ante la inmutabilidad de los Poderes del Estado, más que día del trabajador había que catalogarlo “día del parado”. 

Sí, ya sé que existen otras propuestas para el día del desempleado, desde el 18 de octubre hasta el 30 de abril, pero ya puestos y ahora que está de moda las sustituciones (calles, monumentos, casas, premios…), se podía celebrar el paro hoy, mudando de aires la historia de primeros de mayo de 1886, donde más de cinco mil fábricas fueron paralizadas en EEUU y cerca de trescientos cincuenta mil obreros salieron a las calles y plazas a manifestarse contra las infrahumanas condiciones laborales (las mismas que todavía existen en muchas regiones de este planeta). 

Lamentablemente, en Chicago la situación se violentó de tal forma que culminó en la masacre de la plaza Haymarket (4 de mayo). Ahora bien ¿Para qué? ¿Celebrar qué? ¡Ah! ¡Ya! ¿Para que la clase política, la clase empresarial y resto de la sociedad se sensibilicen ante este cáncer? ¿Pero a estas alturas no estamos aún concienciados? 

Demagogia aparte, fervientemente deseo que cambie drásticamente la política actual y no vaya todo a peor hasta que, desgraciadamente, se produzca un hecho de tal violencia o magnitud que décadas o siglos posteriores nuestra descendencia tenga una fecha del calendario para rendir homenaje a “esos parados” que un día se vieron en la necesidad extrema de levantarse y pugnar por un mundo distinto (Fuente de la imagen: elaboración propia).