viernes, 21 de diciembre de 2012

¿Concentración? No, gracias

Fuente de la imagen: geralt en pixabay
La reflexión del contacto Sergio, realizada en la sobremesa del almuerzo al que me invitó ayer (Gracias), durante toda la tarde dejó desorientadas las escasas neuronas que pueblan mi cerebro. 
Argumenta que si no se ayuda y dinamiza al comerciante localista y pyme, poco a poco el pequeño comercio sucumbirá al oligopolio de las grandes multinacionales de la distribución y comercialización que, desde bambalinas y con la aquiescencia de los gobiernos de turno, ya sean nacionales, regionales o locales, orquestan la destrucción de la sana competencia propiciada por el "tenderismo" tradicional.

En el futuro, sufriremos las consecuencias vía precios desorbitados y calidades asquerosas. Incluso, visiona una drástica reducción del abanico de oferta ya que ¿Para qué variedad si el mercado es cautivo? El máximo exponente de la concentración lo tenemos en los llamados cartel (o cártel, formalmente prohibidos en muchos países pero presentes en casi todos los sitios), que consisten en acuerdos formales o discrecionales entre empresas de un mismo sector o sectores afines (economías de escala incluidas), encaminados a controlar desde la producción hasta la comercialización, pasando por la distribución.

Creo que más que temer a la globalización, lo que realmente hay que vigilar muy de cerca es la concentración, ya sea vía cártel, trust, conglomerado empresarial, holding... Esa es la madre del cordero. Basta escarbar un poco en sectores como el eléctrico o el de la gasolina, para constatar que un ambiente oligopolístico es nefasto para el consumidor, porque reitero que una vez eliminada la competencia, los precios se dispararán y la oferta y la calidad disminuirán. Así que: ¿Concentración? No, gracias. Si puedes, recarga pilas en este fin de semana (fuente de la imagen: sxc.hu). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: geralt en pixabay.