El gobierno del país estaba en manos de pelotas sin escrúpulos y su corte de enchufados. Por su parte, Carlos V sólo pensaba convertirse en emperador a costa de guerras y sobornos. Y el rey lo consiguió, asumiendo una cuantiosa deuda debida a los banqueros alemanes que le financiaron. Y por si fuera poco, siguió guerreando a base de mercenarios que si no cobraban, no trabajaban.
Su hijo, Felipe II, propició la bancarrota del estado español, dejando colgado a los mercenarios y a alguna que otra familia de banqueros ¿alemanes? ¿Te suena todo esto? ¿Quiénes se perjudican si Grecia, Portugal, España, Italia... no pagan sus deudas porque no generan excedentes suficientes? La crónica es mucho más rica y compleja que la frugalidad con la que he escrito el post a esta hora del alba, pero parece que por más que la Historia se repite, no aprendemos.
Que esta semana te sea beneficiosa en lo profesional, laboral, empresarial o institucional, según proceda o te interese. La imagen es de una miniatura del siglo XIV, que muestra cómo un mozo de ciego le hurta a éste el vino de un jarrillo, mediante una larga paja (fuente: Wikimedia Commons).