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Lo que creo me hizo sucumbir a la llamada de Morfeo, fue la puesta en práctica de la técnica de analizar lo acontecido durante el día y reconocer y valorar objetivamente las precisiones o aciertos incurridos, además de entusiasmarme o deleitarme en el propio proceso de consecución de cada uno de ellos. La recreación de esos instantes y su reflexión, de forma honrada con uno mismo, actúa de motivación y, en mi caso, de somnífero recurrente.
Pero también es necesario afrontar y estudiar las meteduras de pata. Así que no es positivo rehuir esa terapia. Cuanto antes cojas "el toro por los cuernos", mejor. Aunque, si estás muy cansado, espera otro momento más propicio para escrutar lo negativo (fuente de la imagen: stock.xchng). Si puedes, disfruta de este fin de semana. Imagen incorporada posteriormente; fuente: MabelAmber en pixabay.