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Maridamos el manjar con un tinto Pernales mono varietal, syrah, de Bodegas Málaga Virgen, que la contacto Georgia tenía en promoción en la tienda del Museo del Vino Málaga. La ternura de la legumbre, la fibra sensible de la herbácea, el sabroso caldo que lo envolvía todo y la relativa complejidad del aroma del vino, fundido con los alimentos guisados, hizo que las papilas saborearan lo que podría ser un cielo culinario.
La importancia de las cosas sencillas, cotidianas, tradicionales, disfrutadas en compañía de amigos y familiares, que te introducen en un ambiente de felicidad, en el que a estas horas todavía me encuentro instalado (fuente de la imagen: Wikimedia Commons). Imagen incorporada con posterioridad; fuente. Archivo propio.