Fuente de la imagen: archivo propio |
Terminado el recorrido, sentado en el restaurante, observando la forma de alimentarse de tantos humanos y humanas, reflexioné sobre ese último minuto donde aparecimos y su comparación con los millones de años de los saurópsidos. La ya rutinaria idea “No somos nada”, volvió a visitarme. Esa cavilación sobre la transitoriedad por la que paseamos por este mundo que no nos pertenece, me hizo merodear el pensamiento de la programación de mi sustitución en la actividad que realizo. En la medida de las posibilidades o de los momentos, tengo que procurar disponer de planes de continuación, de sucesión, puesto que mi vida es fugaz y más aún la aportación que hago en tal o cual proyecto.
Te dejo un vídeo doméstico, con unas instantáneas del panel colgado en la entrada de la atracción. Fuente de la imagen: archivo propio.