miércoles, 28 de julio de 2010

Lo mejor del mar

Fuente de la imagen: archivo propio
Ajustado día el de ayer. Salimos temprano de Málaga (España), camino de Granada. Nos paramos en Riofrío a tomarnos media rebanada de pan con aceite de oliva virgen extra y un sombra doble, todo de escándalo. Atendimos llamadas telefónicas vía manos libres y llegamos a la ciudad de la Alhambra a eso de las nueve y media de la mañana. Nos pusimos a asistir técnicamente en la justificación económica de subvenciones en las oficinas de AGAP y a eso de las 11:30 nos pasamos por las instalaciones de EditeFormación, para saludar a sus directivos e instarles a que nos invitaran a otro desayuno (cara dura que tenemos). 
Volvimos a la sede de la organización empresarial y seguimos en el tajo hasta bien entrado el mediodía. Nos pasamos por la delegación provincial para una reunión técnica muy provechosa, resolviendo dudas y realizando propuestas. Un placer trabajar con funcionarios receptivos, proactivos y comprometidos. Después, exhaustos, nos fuimos a reponer fuerzas al restaurante De Costa a Costa, especialistas en lo mejor del mar, en C/ Ancha de Gracia, 3, donde nos atendió José Luis y todo su equipo, con una exquisitez digna de mención en este modesto blog.

El menú de degustación consistió en unos mejillones al vapor, unos percebes, unas gambas plancha, unas cigalas a la sal, buey de mar, pijotillas, boquerones desrraspados, carrillada ibérica, sopa nevada y creps de chocolate. Todo muy fresco y bueno. Resalto las gambas fritas que tomamos en la barra, los mejillones al vapor, las cigalas a la sal, las pijotillas, la carrillada y el vino tinto Muñana tres Cepas, de Bodegas Muñana. En la parte crítica, el primer albariño, con un leve sabor a corcho y que fue sustituido inmediatamente, y el buey de mar relleno que estaba bueno pero que, personalmente, me gusta más sencillo, es decir, cocido con cebolla, laurel, clavos, y luego mezclada la carne en el caparazón con muy poco huevo relleno y unos toques de vino blanco (sobre gustos no hay nada escrito). ¡Cómo no! Conté mi historia de los percebes (ver post Percebes[1]). Firma de contratos por la tarde y, ya entrada la noche, vuelta a casa. Una jornada bien aprovechada en lo profesional, institucional, relacional y gastronómica y en muy buena compañía. Te dejo una foto con José Luis. Si te gustan los frutos del mar y estás en Granada,  recomiendo el restaurante, por el trato, el fresco género y, en síntesis, la relación calidad-precio.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Percebes. 2003. Sitio visitado el 28/07/2010.