Fuente de la imagen: geralt en pixabay |
Mientras te escribo en este otoñal amanecer, me envuelve el silencio, roto sólo por la lluvia y el sonido del teclado. Ese sosiego mañanero me hace reflexionar acerca de las ocasionales meteduras de pata en la toma de decisiones, por directivos que catalogo de inteligentes, visionarios y líderes en su sector o en el ámbito de sus competencias.
Por mucha cara sonriente que te pongan, también se equivocan, pienso. ¿Por qué? Tal vez porque, al igual que tú o yo, son humanos, se encuentran atados emocionalmente a sueños, miedos, objetos u otras personas, lo que, a su vez, puede derivar en multitud de conflictos de interés, por no hablar de la distorsionante realidad: lo que parece ser y lo que, en verdad, es.
Lo anterior, por separado o todo junto, desemboca en la toma de decisiones inadecuadas, desajustadas o inconexas, poniendo en peligro el futuro del proyecto empresarial que administran, codirigen o lideran (imagen de gif-animados.net). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: gerañt en pixabay.