Fuente de la imagen: mvc archivo propio |
Cuando el sector manufacturero cae en este tipo de espiral de recesión, el caudal de destrucción de empleo es muy difícil atenuarlo, pero hay que preservar la base industrial. Más que nunca son necesarias soluciones creativas. En esa línea, las empresas que pretendan sobrevivir y ser competitivas deberán incrementar el uso de la tecnología –producción inteligente o robotización-, para ajustar costes y aumentar la calidad del producto final.
Hace ya unos años, mayo de 2003, A. Aston y M. Arndt[3] escribían en Business Week sobre “la fábrica flexible” -The Flexible Factory -, que recoge la integración entre ordenador y máquina, de forma que las plantas de producción fueran adaptables, en el sentido de producir pedidos concretos: pequeñas cantidades con gran margen bruto. La tecnología tiene un papel primordial en este planteamiento organizativo de la producción. También, los usuarios de las máquinas deben encontrarse predispuestos para aprender el uso de ese know-how tecnológico[4].
__________________
[1] Ver nota de prensa. Sitio visitado el 12/01/2009.
[3] Adam Aston y Michael Arndt, Business Week -The Flexible Factory Sitio visitado el 12/01/2009.
[4] Foto de una cadena de producción automatizada; fuente: Wikimedia Commons). Imagen incorporada posteriormente; fuente: mvc archivo propio.