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Fuente de la imagen: sharpemtbr en pixabay |
El viernes pasado, ocho de la mañana, mientras el bus me transportaba a la ofi, por el rabillo del ojo derecho leía una noticia del periódico
Qué, edición impresa de Málaga, hojeado por el vecino. El artículo trataba sobre el arranque del curso escolar en Andalucía,
previsto para mañana lunes, donde se pone en marcha la nueva Ley de Educación de la comunidad autónoma y una serie de novedades, como el transporte gratis hasta la universidad.
Bueno, tengo que decir, que en mis momentos universitarios, también disfruté de los viajes de autobús gratis. La empresa de transporte me daba, a modo de beca o por ser estudiante, no me acuerdo, un carné y unos talonarios de billetes, con los que me desplazaba por la ciudad. Lo que relativamente me ha sorprendido un poco, es que los peques, desde los tres años, trabajarán con ordenador. Por favor, no hablemos de “trabajar”. Digamos “jugar” o “aprender”. Crítica parcial aparte, son otros tiempos, lo sé.
Me metieron en un colegio de la ciudad de Ronda (España), entre los once y los doce años y la primera vez que toqué un ordenador y me dieron nociones del lenguaje de programación BASIC, fue en tercero de Empresariales, ya en la universidad. Ahora, los niños y niñas juegan aprendiendo –o aprenden jugando- con el ordenata, a partir de los tres años. Con razón, me dice la monitora de la escuela de verano, que el peque maneja el ratón y el cursor mejor que ella (imagen del MEC). Imagen incorporada posteriormente; fuente: sharpemtbr en pixabay.