Hace cerca de tres décadas, estaba con unos amigos y amigas en una frondosa arboleda, antesala de una playa de la Costa del Sol (España), que todavía no había sido devorada por la salvaje y destructiva construcción. Por algunas zonas, los árboles y arbustos se encontraban lo suficientemente espaciados, que permitían el aparcamiento de los coches de los bañistas. Me fijo en el padre de una familia y por sus aspavientos adivino que otro automóvil le estaba entorpeciendo el acceso más fácil a la carretera.
Cabreado el hombre, antes de iniciar la maniobra de salida por la ruta presuntamente más complicada, no se le ocurre otra cosa que estampar un plato de plástico, con restos de paella y cubiertos incluidos, en la luna delantera del auto objeto de su ira. Lo que más me afectó no fue la escena en sí, sino que su hijo, de entre cinco y siete años, había estado observando muy atentamente la reacción de su progenitor. Él aprendía del caminar por la vida de su padre. Te dejo un vídeo, subido a Youtube por MIFPandOrita, sobre lo que nuestros hijos perciben y cultivan. Que tengas un buen fin de semana y, si te gusta el fútbol, disfrutes del España-Alemania (Fuente de la imagen: sxc.hu).