Panes tradicionales de "Panadería la Curruca". Imagen incorporada posteriormente. Fuente: archivo propio |
Si mis recientes ancestros levantaran la cabeza y percibieran el precio de los alimentos de primera necesidad, pollo incluido, seguramente se desorientarían aún más y recordarían tiempos difíciles de la historia del siglo XX. Si bien en el último cuarto de ese siglo el valor de la comida bajó bastante y Occidente lucha contra la glotonería, desechando grandes cantidades de sobras, según The Economist en The end of cheap food, 2007 ha sido un periodo donde los precios del trigo se han duplicado y los de casi cualquier otro producto agrícola (maíz, leche, semillas, etc.) están a punto de llegar a un récord histórico. Dicen que este fenómeno se debe a los cambios dietéticos propios del crecimiento de los mercados emergentes y a los subsidios que recibe el etanol en Estados Unidos.
Por ejemplo, este año un tercio de los cultivos de maíz en EEUU se destinarán a la producción de biocombustibles, afectando directamente a los mercados de alimentos. Llenar el tanque de un automóvil con etanol, significa consumir suficiente maíz para alimentar a una persona durante un año. El alza de los precios de los alimentos está incidiendo negativamente, sobre todo en la economía de los países más pobres. Sin embargo, las comunidades agrícolas poco se beneficiarán, siendo, como siempre, los intermediarios los que con toda probabilidad se lucrarán de manera desorbitada (foto de la wikimedia commons). Imagen incorporada con posterioridad; panes tradicionales de "Panadería la Curruca".fuente: archivo propio.