sábado, 5 de enero de 2008

Aroma de amistad

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
En el post Si el vino viene, viene la vida (M. Velasco, 2005)[1], te comentaba que en un rincón especial de la casa descansa una barrica, construida con una madera noble, que abriga vino de la tierra y con un sentido escudo corporativo y una frase especial labrada en su faz. Llevaba un tiempo susurrando el tranquilo y ornamental recipiente, una generosa donación del líquido elemento que alberga y evoluciona –vive- en sus entrañas.

El corazón de mi respetado Paco, escucharía los murmullos del barril, porque ayer me visitó el hombre y me proporcionó una garrafa con ese néctar de la uva[2]. Un viernes, que empezaba a ser triste, en un instante, con la visita de este ex-jefe y ahora amigo, se convirtió en un manantial de bonitas sensaciones y recuerdos. En el hogar, terminé de retomar el camino de la vida con resurgidas fuerzas, es decir, con una copa de vino emocional, imperecedero, renovado, con aromas de amistad y cuerpo de futuro[3].
__________________
[1] Velasco-Carretero, Manuel (2005). Si el vino viene, viene la vida. Sitio visitado el 05/01/2008. 
[2] Gracias, Presidente.
[3] Imagen de wikimedia commons. Fuente de la imagen: página web de SCAVO.