domingo, 14 de octubre de 2007

Egosurfing

Fuente de la imagen: StarFlames en pixabay
A finales de 2002, cuando me encontraba laborando en Antequera (Andalucía, España), decidí que era el momento de redactar una bitácora y me puse a escribirla. Fue como lo de aprender inglés. La inicié con muchas ganas, pero el día a día me fue alejando de la idea. Insertaba uno o dos post a la semana y luego me tiraba un mes sin alimentar el sitio virtual. Así, hasta el año pasado, que me puse serio conmigo mismo y o dedicaba unos minutos al alba, a escribir, o la cerraba definitivamente. Tampoco me preocupé en demasía de mi presencia en Internet, de quiénes me leían, visitaban, etc.

No obstante, el año pasado, a algunos de mis contactos les remití un correo electrónico y todo eso, por la cuestión de networking, pero poco más. Observé en otras bitácoras que visitaba la presencia de contadores, anuncios, vídeos, etc., y me dije, vamos a insertar algunos de esos iconos. De vez en cuando, visito los registros y las visitas y analizo qué escritos han tenido más repercusión y cuáles no. Una amiga me torpedea continuamente con nuevas herramientas para ampliar la presencia virtual. Pero sigo publicando casi igual que al principio, es decir, lo que se me ocurre o me ha gustado, desde el punto de vista profesional y social, con independencia del perfil de mis visitantes.

Sin embargo, después de la lectura del artículo de Pablo Fernández en 20minutos.es, soy un egosurfista o poco me falta para ello. Al intentar difundir el blog, me estoy comportando como un cibernarcisista. Estoy en Google. De vez en cuando observo el número de enlaces que recibe el blog, así como quiénes me vinculan. Me acerco tímidamente a sitios como Digg o Menéame, pero sin caer en obsesiones y el weblog está dado de alta en varios ranking. Habrá que reflexionar un poco más acerca de la línea que separa la modesta difusión virtual de la obsesión por conocer la repercusión de los escritos (imagen de la wikipedia). Fuente de la imagen: sxc.hu. Imagen incorporada posteriormente; fuente: StarFlames en pixabay.