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utor: Manuel (Málaga, España). No saliéndonos del patio del colegio, - la Legalidad -, y cumpliendo las reglas de recreo empresarial, - las leyes- , con frecuencia teorizamos - que no practicamos - sobre tanta socialización de la empresa, que parece que dejamos en un segundo lugar seguir reflexionando - que sí practicando - acerca de uno de los objetivos más importantes: la optimización de beneficios. Por eso, realizo esta adaptación del refrán “entre col y col, lechuga”, al tema que nos ocupa: “entre benéfico y benéfico, beneficio”. No podemos obviar la perfección del resultado económico como motor de todo lo demás. Por más vueltas que le demos, en el ámbito mercantilista, sin el beneficio, la empresa expone su propia estabilidad y, si desaparece, lo demás son elucubraciones mentales.
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Llegamos, entonces, a que el fin social más importante del negocio sería disfrutar de una larga y fructífera vida empresarial. Según Ortigueira
[1], para mantener la supervivencia es necesario asumir el concepto de rentabilidad. Cierto es que la lechuga, por ser delicada y lagrimosa, despunta entre las coles, que son rugosas, rígidas y anodinas. Hay que reconocer que la col no motiva tanto cultivarla, pero nos aporta una cantidad de valiosa sustancia alimenticia, necesaria para esa supervivencia a medio y largo plazo Por lo que otra interpretación de esa glosa podría ser que si intercalo en mi huerta - la empresa - la consecución del beneficio - las lechugas - con otro tipo de actuaciones socialmente responsables, - las coles -, a medio plazo obtendré unos beneficios considerablemente superiores
[2].
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[1] Profesor de la Universidad de Sevilla.
[2] Imagen incorporada posteriormente. Fuente: sxc.hu. Texto reordenado y rectificado con posterioridad.