sábado, 12 de agosto de 2006

Palabra dada, palabra sagrada

O también ¡Quien su palabra no mantiene a las consecuencias se atiene! ¿Soy un idealista, verdad? El caso es que en estos últimos meses he seguido dos experiencias relativas a la comunicación de noticias que tienen un nexo en común: informalidad en el notificado del resultado.

Una de las situaciones es la referente a un proceso de licitación de un servicio de consultoría. En las instrucciones se aclaraba que el comité comunicaría en tiempo y forma el resultado de la licitación. Bien, después de mucho insistir, se recibió un lacónico fax con las empresas que habían optado a la licitación y poco más. 

Después de sucesivas solicitudes de entrevista con la persona responsable (a lo largo de todo el mes de julio), en agosto comunican verbalmente que ya se ha asignado al licitante y que el responsable de la empresa pública se ha ido de vacaciones. Perdone, pero no es de recibo, se comprende que exista otro proveedor con mejores condiciones técnicas y económicas, pero su actuación en cuanto a la comunicación del resultado es censurable.

Otra experiencia la he vivido en mis propias carnes. Llevo todo el mes de julio en un proceso para una posible colaboración profesional. Uno de los interlocutores es una consultora de reconocido prestigio a nivel andaluz y, me atrevería a decir, a nivel nacional. Llegamos al encuentro final, defiendo una vez más mi proyecto y mi perfil y se me dice que por la tarde o al día siguiente contactarán conmigo: ¡Te llamo esta tarde o mañana! Y hasta hoy. Perdone, no es de recibo, ni llamó ni tan siquiera un e.mail.

¿Vivo en otro mundo? Desde niño he observado usos y costumbres en mi entorno familiar y amigo, orientadas al cumplimiento de lo que se dice. Asimismo, con independencia de los protocolos de calidad, atención al cliente y a terceros, urbanidad, cortesía y educación en la empresa, existe una norma no escrita en algunas corporaciones, en el sentido de cumplir con la palabra dada y, por supuesto, comunicar el resultado de una gestión en tiempo y forma, por muy malas que sean las noticias que hay que dar. Simplemente, cuestión de ESTILO.

(Formato de texto cambiado. Fuente de la imagen: sxc.hu).