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Creo que la quiebra de Sofico no sólo perjudicó a muchos pequeños ahorradores ¿25.000? (se ofrecían rentabilidades entorno al 12% y, en algunos casos hasta el 16%), sino también a trabajadores ¿5.000?, compradores de viviendas y un rosario de empresas dentro de la economía de escala generada[4]. En 1974 presenta suspensión de pagos, con una facturación por encima de los 72 millones de euros (12.000 millones de pesetas), por ventas de viviendas, participaciones en patrimonio, etc.[5]. Claro, una persona o una familia que entrega un dinero para la compra de un piso, sin seguir las recomendaciones de las organizaciones de consumidores y de algunas decentes organizaciones empresariales, en cuanto a cumplimentación de la normativa legal aplicable (requisitos del contrato, cantidades avaladas, etc.), porque se fía de la buena fe del empresario, es responsable de sus actos. También, los inversores de Sofico se fiaban de ese grupo (estaban ministros y todo), o los inversores de Afinsa y Forum… Espero no tengas razón amigo mío, porque entonces, sería otro nuevo desastre para la Costa del Sol ¿Se estará fraguando un nuevo Sofico? Algún grupo periodístico serio, no casado con nadie, debería analizar esta situación y su presunta similitud con la actualidad.
Los que me conocen saben que, a priori, no me dan buen rollo los grupos empresariales con dos o más razones jurídicas distintas en un mismo ámbito territorial o sectorial de actuación, salvo que existan razones patrimoniales u organizativas plenamente justificadas; las presuntas huidas hacia delante comprando más patrimonio y especulando con ello; las presuntas deudas astronómicas por impuestos o cuotas con la Administración Pública, con la excusa que la Administración es un socio más; las presuntas consolidaciones, fusiones y absorciones con afloramiento de plusvalías alegales que encubren situaciones patrimoniales muy sensibles; las presuntas diversificaciones o inversiones en otros sectores afines o complementarios que se realizan sin un plan estratégico, ni justificación de la inexistente inversión; las presuntas financiaciones irregulares no sujetas a ningún tipo de control; presuntas gestiones empresariables soportadas sólo en imagen a través de la alta influencia de buenos gabinetes de comunicación y en campañas publicitarias brutales; la presunta complacencia o vista gorda de los gobiernos municipales y de la propia sociedad local
Que conste que conozco empresas constructoras y promotoras muy decentes, que día a día cumplen todas sus obligaciones comerciales, fiscales y mercantiles. Sus dueños no van por ahí montados en un Porsche último modelo, ni tienen un apartamento de 500 metros cuadrados en Nueva York, pero sus clientes están más tranquilos, porque tienen sus papeles en regla, sus trabajadores más satisfechos, porque perciben un futuro todavía más esperanzador, sus proveedores saben que cobrarán y que el papel que se le entrega cualquier entidad financiera se lo va a negociar, la Administración cobra a tiempo y en forma y la Sociedad de su ámbito territorial de actuación se siente orgullosa de esa institución. Quizás es hora de profundizar seriamente en estos temas para que la historia no se repita. (Formato de texto cambiado posteriormente. Fuente de la imagen: sxc.hu). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: mvc archivo propio.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Ponga un sello en su vida (2006), Decisiones Imprudentes (2006). Sitios visitados el 24/05/2006.
[2] Censa, Srfsa, Financiera Mecánico Eléctrica S.A, Sofico Victoria, S.A., Sofico France, Sofico Great Britain. Sofico Deutschland., Sofico Usa, Hispano Benelux, etc.
[3] Que recibe la Medalla de Plata al mérito Turístico y todo.
[4] Yoldi, José y otros. El País. “El Supremo pone fin al 'caso Sofico', después de 17 años”(1991). "El presidente y el consejero delegado de Sofico, en la cárcel" (1976). “Eugenio Peydró, dueño de Sofico, condenado a nueve años de cárcel por estafa y falsedad” (1987).
[5] Muchos de los apartamentos vendidos ni estaban construidos ni existían los solares donde debían ser edificados.