jueves, 27 de noviembre de 2025

El Guardián Ético

Fuente de la imagen: La búsqueda de un Señor (M. Velasco, 2006)
La legislación de mi país sobre Canales de Denuncias, derivada de la Directiva europea, busca establecer un marco de transparencia y ética en todas las organizaciones, creando un espacio seguro para que las personas puedan informar sobre infracciones graves o malas prácticas sin temor a represalias. Sin embargo, para que esta herramienta funcione de verdad, no basta con tener una plataforma tecnológica; se necesita una figura central con una autoridad indiscutible (M. Velasco, 2023)[1]. Es aquí donde entra en juego la persona Responsable del Sistema Interno de Información (RSII), que es, básicamente, el perfil guardián de la integridad de todo el proceso. Su nombramiento es una decisión estratégica y solemne que recae únicamente en el Órgano de Administración[2] de la entidad. Esta elección debe ser formalizada y documentada con claridad, especificando tanto las responsabilidades que asume el RSII como la aceptación expresa de la persona designada, con un propósito doble: conferir la autoridad necesaria para actuar en todos los niveles de la organización y garantizar ante todas las personas que el compromiso con la ética viene desde la cúpula. Esta figura debe poseer una cualificación técnica adecuada, el perfil ético y la experiencia necesaria para manejar información sensible y, a menudo, conflictiva. Se trata de una tarea delicada que requiere la confianza de quienes informan, de la dirección y del conjunto de trabajadoras y trabajadores. Por ello, el criterio para su designación es la ausencia absoluta de conflicto de interés, asegurando que su juicio sea siempre imparcial y justo en la tramitación de cada comunicación recibida.
Fuente de la imagen: Figura Clave en la Gobernanza del Whistleblowing. Sitio Compliance (M. Velasco, 2023)
El principio rector que define y valida la posición del RSII en el organigrama de la institución es la independencia funcional, un concepto que va más allá de la mera jerarquía. Pero ¿Qué se entiende por dependencia funcional? Significa que, aunque el RSII trabaje dentro de la organización, no puede recibir órdenes ni verse presionado por ningún mando intermedio o directivo respecto a cómo debe investigar o resolver una denuncia concreta. Esta total autonomía es lo que garantiza la credibilidad del Canal y asegura a la persona informante que su comunicación será tratada de manera objetiva. Para hacer efectiva esta independencia, la ley exige que el RSII cuente con los recursos materiales, humanos y técnicos necesarios para llevar a cabo su labor con diligencia. Además, se establece un vínculo jerárquico: el o la RSII debe tener acceso directo y sin intermediarios al máximo Órgano de Gobierno de la entidad. Esta línea directa asegura que los hallazgos más graves, o aquellos que involucren a la alta dirección, se eleven de inmediato al nivel más alto, permitiendo tomar medidas correctivas sin dilación ni encubrimientos. En la práctica, el RSII actúa como un "punto de fuga" de la ética corporativa; por sus manos pasan informaciones que pueden afectar significativamente el futuro y la reputación de la entidad. La correcta elección y el blindaje de esta figura, por lo tanto, es un cumplimiento normativo para evitar sanciones y la piedra angular sobre la que se construye una verdadera cultura de transparencia y buen gobierno, donde cada voz, sin importar su jerarquía, tiene la garantía de ser escuchada y protegida. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2023). Figura Clave en la Gobernanza del Whistleblowing. Sitio Compliance. Visitado el 27/11/2025.
[2] El Consejo o la máxima dirección.