lunes, 18 de agosto de 2025

El guardián de la memoria

Fuente de la imagen: El Portero. Sitio book—post (M. Velasco, 2007)
En un rincón de la vasta e intimidante biblioteca de la crítica literaria, se encuentra un libro pequeño, casi modesto, que alberga la vida de un gigante, "El portero"[1] de T. Eagleton (2004), que he estado rehojeando en el puente (M. Velasco, 2007)[2] y que más que un relato cronológico es un mosaico de recuerdos y reflexiones, mapa de la conciencia de una persona formada entre la clase obrera católica de la posguerra inglesa y las elitistas torres de Cambridge. Con la astucia de quien ha observado el mundo desde la portería de un convento de monjas carmelitas, Eagleton despliega su historia como una serie de variaciones sobre temas que han definido su existencia: la fe, la política, la amistad, el amor y la ardua danza de encajar en un mundo que no estaba hecho para él. Su prosa es un torrente lúcido y humorístico, que salta de la frustración de una burocracia absurda a la profunda revelación de un texto marxista, contándome, por ejemplo, de su asma y su timidez, de su fracaso como seminarista y del momento en que R. Williams le abrió las puertas a un saber que transformaría su vida.

Es un viaje donde lo personal es siempre político, donde una anécdota de la vida cotidiana se convierte en una ventana a la lucha de clases o a la complejidad de la identidad. "El portero" es un retrato de la inmersión: la de un joven católico en una Inglaterra protestante, la de un hijo de obreros en un mundo académico regido por la élite. Al final, este breve y enérgico libro me permite asomar a la mente de alguien que, como dijo el príncipe Carlos, es "ese horrible Terry Eagleton", un hombre que, con su agudeza y compromiso, ha desafiado los cimientos del pensamiento contemporáneo. Es la historia de un niño brillante que, a pesar de las adversidades, se convirtió en uno de los críticos más lúcidos, contándolo con una honestidad tan brutal como poética. Es un recuento de hechos, pero, también, es una confesión de vida que me recuerda que las grandes ideas a menudo nacen de las experiencias más humildes y que la inteligencia más aguda puede florecer en los lugares más inesperados. Fuente de la información: texto referenciado. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Eagleton, Terry (2004). El Portero. Ed. Random House Mondadori.
[2] Velasco-Carretero, Manuel (2007). El Portero. Sitio book—post. Visitado el 18/8/2025.