martes, 11 de marzo de 2025

El Valle de las Aceitunas Bailarinas

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
La tarde del lunes la pasé evaluando la prueba individual que por la mañana realizó el alumnado del grupo B de la asignatura Derecho Administrativo Turístico (DAT), del Grado en Turismo de la Facultad de Turismo de la UMA. En el marco de la “docencia participativa” que practico (M. Velasco, 2024)[1], y después de agradecer la participación en la evaluación y la atención que prestaron en la clase, dentro de la retroalimentación que le envío a cada una de las personas que realizaron el trabajo, les trasladaba que esperaba que, en un futuro, guardaran un buen recuerdo del “Valle de las Aceitunas Bailarinas”. Pero ¿De qué trata ese valle? Es el nombre que le puse al hipotético pueblo que imaginé para preparar el supuesto práctico. Te cuento la historia. En el corazón de Málaga (Andalucía), donde el tiempo parece danzar al compás del viento, se encuentra el Valle de las Aceitunas Bailarinas, un enclave en el que los olivos, centinelas verdes de la tradición, mecen sus frutos en una coreografía milenaria. Este pueblo, custodio de un patrimonio cultural y natural de incalculable valor, decidió abrir sus puertas al mundo a través de un ambicioso Plan de Turismo Rural.

La iniciativa, nacida del deseo de compartir la belleza y la autenticidad del Valle, proponía un viaje a través de senderos que serpentean entre olivares, revelando paisajes de ensueño y rincones llenos de historia. La promoción de alojamientos rurales, refugios de paz y confort, invitaba a los visitantes a sumergirse en la vida local, a saborear la enogastronomía tradicional y a disfrutar de la hospitalidad de sus gentes. Los eventos culturales, por su parte, ofrecían una ventana a las tradiciones y costumbres que moldeaban la identidad del Valle. Sin embargo, el camino hacia la materialización de este sueño no estaba exento de retos. El ayuntamiento del Valle de las Aceitunas Bailarinas se enfrentó a una serie de interrogantes sobre las competencias en materia de turismo y los procedimientos necesarios para implementar el plan de manera efectiva. Y es que la necesidad de armonizar las regulaciones locales con las autonómicas, la elaboración de un catálogo de recursos turísticos que reflejara la riqueza del Valle y la importancia de involucrar a la vecindad en el proceso, fueron algunos de los retos que la corporación municipal tuvo que afrontar.

Por otro lado, la búsqueda de respuestas llevó al equipo de Gobierno a establecer un diálogo constructivo con la Comunidad Autónoma (Junta de Andalucía), reconociendo la importancia de trabajar en colaboración para garantizar el éxito del Plan de Turismo Rural. Igualmente, la creación de un grupo de trabajo interadministrativo, la organización de talleres y foros de participación ciudadana junto el uso de plataformas virtuales para fomentar la participación, fueron algunas de las estrategias que se pusieron en marcha para asegurar que el plan respondiera a las necesidades y expectativas de todos los actores involucrados. El Valle de las Aceitunas Bailarinas, con su paisaje de olivos danzantes y su rica herencia cultural, se preparó para recibir a las personas viajeras que buscaban experiencias auténticas y memorables. El Plan de Turismo Rural, fruto del esfuerzo conjunto del Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y la comunidad local, prometía ser un motor de desarrollo sostenible para el Valle, un faro que iluminara el camino aceitunero hacia un futuro próspero y lleno de oportunidades. Este texto se lo dedico especialmente al alumnado. Enhorabuena por los trabajos realizados.
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2024). Donde alumnado y docente cambian roles. Sitio visitado el 11/03/2025.