jueves, 26 de septiembre de 2024

Las reglas del videojuego de la Democracia

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
¿Cómo explicar la Constitución Española (CE) a las 16:30 de la tarde en el marco de la asignatura Administración y Legislación Ambiental, del Grado en Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Málaga? Para iniciar este tipo de ilustración jurídica, y practicando la "docencia participativa" (M. Velasco, 2024)[1], suelo empezar con ideas, elementos, mensajes... presuntamente distorsionantes o que a priori no tienen relación, con la finalidad de captar la atención del alumnado y de que sirva de hilo conductor inicial para introducir la materia[2]. Por ejemplo, en el tema de la CE rescaté una comparación que ya utilicé hace alguna que otra década, en una actividad puntuable, cuando trabajaba la asignatura Derecho Constitucional: compararla con las reglas de un videojuego. Recuerdo que titulé el trabajo: "Las reglas del videojuego de la Democracia". Imaginaba la CE[3] como las instrucciones de un videojuego de esos de aventureros, heroicos... en el que los miembros de la ciudadanía actúan de jugadores y España es el mundo virtual donde se desarrolla la acción[4].

Al entender la CE como parte de las reglas de un videojuego, el alumnado podría considerar mejor la trascendencia de la Carta Magna y su rol en la vida de la ciudadanía, ayudando a percibir la democracia (demo = pueblo, kratos = poder: el poder del pueblo), como proceso dinámico, siendo fundamental la participación de este “demo” (pueblo), para que el videojuego funcione comedidamente, permitiendo detectar creativa y colaborativamente los desajustes y focalizar posibles soluciones. En cuanto a las reglas del videojuego, la CE sería esa guía o manual básico e inicial de instrucciones de la recreación lúdica, donde se establecen tanto los derechos como las obligaciones de los jugadores (la ciudadanía). Las actualizaciones del videojuego, florecerían como las nuevas leyes que van adaptando el sistema informático o telemático (dependiendo del formato) a los nuevos desafíos y realidades virtuales. Los derechos de la ciudadanía (la igualdad, la libertad…) actuarían como potenciadores (power-ups), esos objetos que al ser utilizado por el jugador proporcionan características distintas o especiales.

¿Y las obligaciones o deberes? El respeto al próximo, contribuir al sostenimiento del Estado… serían como las press over (misiones secundarias), pero, realmente, hay unas misiones principales como pueden ser elegir al Poder Legislativo y, también, podrían existir niveles, es decir, no es lo mismo la generación que aprobó la CE que la actual: nuevos problemas, nuevas oportunidades… hitos del juego (levels) que la ciudadanía supuestamente va superando. ¿Y la prevaricación, la corrupción, el abuso de poder…? Son los trucos (cheats) que permiten al jugador obtener prerrogativas o primicias ilegales (unfair advantage). Y esas y otras injusticias y desigualdades ¿Qué significan para el resto de la ciudadanía? Son los errores (bugs) del videojuego que, obviamente, se tienen que arreglar para que el esparcimiento virtual funcione bien. Por tanto, al igual que todo videojuego tiene normas (instrucciones, reglas…) que determinan cómo interactúa el jugador con el entorno y con el resto de los participantes, la CE establece las normas básicas de la convivencia en la sociedad española.

En esa línea, podemos distinguir al monarca como figura representativa del Estado español, que sería un poco como un non-player character (NPC, personaje no jugador), con un papel más bien ceremonial y unificador (la típica frase: “el rey reina, pero no gobierna”). El Poder Legislativo (Las Cortes Generales: Congreso y Senado), semejarían al parlamento del juego, donde los legisladores (los políticos, representantes del pueblo) legislan (debaten y aprueban leyes), que no sería otra cosa que las actualizaciones y expansiones del videojuego. ¿Y el Poder Ejecutivo? El Gobierno, que pone en marcha las leyes y gestiona los asuntos públicos, sería el equipo de desarrollo del juego, encargado de implementar las nuevas características consecuencia de las actualizaciones y solucionaría los desajustes y problemas. Los órganos judiciales y tribunales (Poder Judicial) actuarían a modo de interventores o árbitros del videojuego, aseverando que todos cumplan las normas y solventando los aprietos o trances. Fuente de la información: trabajo realizado por mvc en la asignatura Derecho Constitucional (2013).
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2024). Donde alumnado y docente cambian roles. Sitio visitado el 26/09/2024.
[2] Puede que no del agrado de la mayoría, dada la especialidad: ciencias ambientales.
[3] Y resto del Ordenamiento Jurídico español.
[4] Donde se desarrolla el juego.