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En nariz, me encuentro con un abanico aromático que va desde los frutos rojos maduros, como la frambuesa y la mora, hasta notas especiadas, como la vainilla y la pimienta negra. El fondo ahumado aporta un toque de complejidad y elegancia. En boca, me sorprendió por su equilibrio y estructura, estando presentes los taninos pero de forma integrada, posibilitando cuerpo y firmeza. La fruta madura se combina con notas especiadas y tostadas, dejando un final largo y persistente. Su volumen y carnosidad lo reconcilian en un vino con cierta expresión. Parte de este texto también se ha editado en el sitio vinopost, bajo el título “Almocábar tinto crianza”.
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[1] Velasco-Carretero, Manuel (2024). Un tesoro no tan escondido. Sitio visitado el 10/08/2024.
[2] Velasco-Carretero, Manuel (2023). Mi camino existencial a Morosanto pasó por Torrox. Sitio visitado el 10/08/2024.