Fuente de la imagen: mvc archivo propio |
La preparación es relativamente sencilla y a lo slowhand (“mano lenta”, en alusión a Eric Clapton), en el sentido de lentitud, paciencia y disfrute. Dependiendo de los comensales, elijo una pieza de lomo (por ejemplo, para cuatro personas, con un kilo es más que suficiente si lo acompaño con otras viandas). Luego lo típico, una o dos cebollas, tres dientes de ajo, sal y pimienta al gusto, aceite de oliva virgen extra y entre un litro y litro y medio de leche (dependiendo de la intensidad y tiempo de cocción que aplique), preferiblemente entera. Cuando esté dorado el lomo en el aceite, incorporo la cebolla y el ajo picado para que se doren en el líquido y preciado oro verde.
Seguidamente, una vez dorados los ajos y las cebollas, aporto la pimienta, la sal y la leche, dejando cocer a fuego medio-lento de treinta y cinco a cuarenta y cinco minutos. A continuación, extraigo la pieza para filetearla y dejo cocer el compuesto que queda en la olla para reducirlo. Escribo “compuesto”, porque no debes asustarte por el aspecto que tiene, consecuencia de los grumos formados por los coágulos de la leche. Una vez reducido el “aglomerado”, lo paso por la batidora y se lo echo a los filetes, cubriéndolos. Parte de este texto también se ha editado en el sitio gastropost, bajo el título “Lomo de cerdo en leche”. Fuente de la imagen: mvc.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. La Tregua (2006), ¡Sevillano, un cigales! (2010), Por necesidad, no por gusto (2014). Sitios visitados el 25/12/2022.