martes, 13 de septiembre de 2022

¿Es necesario que el emprendedor sea visionario?

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
En “La tasa de descuento[1] reflexionaba acerca de que la mayoría de las inversiones, por no decir todas, contienen un grado de incertidumbre, generado porque el rendimiento final no coincide con el que se predijo en la valoración inicial. Cuando valoramos un proyecto de inversión, debemos observar un "porrón" de factores, tanto internos[2], como externos[3]. Alegremente, nos enganchamos tanto a determinadas señales, o el mercado está tan expansivo o burbujeante que lo aguanta todo, que nos olvidamos de agentes como los financieros que, sin ser fundamentales, no se debe ignorar su grado de importancia y siempre nos recuerdan previsibles consecuencias por su uso inadecuado[4]. En este sentido, cabe preguntarse ¿es necesario ser empresario visionario? Precisamente, en el fin de semana pasado he estado re-hojeando el texto de Marc Allen, “El emprendedor visionario”[5].

Con el subtítulo “Entre logros empresariales y realización personal puede haber equilibrio”, el autor intenta describirme, a través de su historia personal, las motivaciones que deben conducir a un empresario no sólo al éxito económico, sino a una realización personal plena, profundizando en aspectos tales como la importancia del reparto de beneficios con los colaboradores y colaboradoras, el valor de un equipo de personas motivado o en la necesidad de una perspectiva integral y espiritual de los negocios. Coincido con Allen en que el quid de la cuestión se encuentra en la palabra que contiene el subtítulo, “equilibrio”, es decir, armonía entre gestión y satisfacción personal y de personas para ser fuente de éxito auténtico y duradero. Parte de este texto también se ha editado en el sitio book—post, bajo el título “El emprendedor visionario”. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. La tasa de descuento. 2007. Sitio visitado el 12/09/2022.
[2] Del promotor, inversor o empresa.
[3] El mercado, el sector, la coyuntura, etc.
[4] No sólo perder, sino, en muchos casos, dejar de ganar u optimizar todos los recursos y las personas.
[5] Allen, Marc. El emprendedor visionario. Ediciones Urano. 2002.