martes, 19 de abril de 2022

La geometría del fraude

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Interesante el debate generado en la tutoría grupal de la formación en elaboración de planes de medidas antifraude, que giró a partir de la pregunta de una participante en relación al famoso “triángulo del fraude”, sobre el que escribí en el sitio Compliance, bajo el explícito título “El Triángulo del Fraude[1], donde apuntaba que se le atribuye al criminólogo Donald Cressey[2] la idea “el triángulo del fraude”, que amasó en su trabajo Other People's Money (Dinero de otras personas)[3], acerca de factores que propiciaban el fraude en una organización.

Para Cressey, los componentes causales que deben eliminarse para impedir el fraude y que están presentes en toda situación de fraude son el motivo, la racionalización y la oportunidad. El motivo, como la necesidad de cometer fraude; la racionalización, como el enfoque mental de la persona defraudadora que lo justifica para cometer fraude; y la oportunidad, es decir, esa situación que permite que ocurra el fraude. Más tarde, junto a otros investigadores, se barajó la posibilidad de ir incorporando más factores, a modo de lados, a la figura geométrica.

Parece que la llave para propiciar desaliento a los defraudadores y que desistan en su intento de defraudar, se encuentra en destrozar, por parte de la organización, esa fatídica geometría o eliminar, al menos, alguno de sus lados o factores para atenuar lo más posible la probabilidad de que ese defraudador consiga su propósito, si bien la doctrina generada insinúa que los factores no suelen darse aisladamente, sino que generalmente concurren de manera combinada y en distinta intensidad o peso, enfatizando uno por encima de los demás.

Piensa A. Arias[4], que el triángulo del fraude se ha jubilado porque tiene más de setenta años, desde que Cressey lo conceptualizó por primera vez y ya ha aparecido otra doctrina que, supuestamente, lo “obsoletiza” o relega. No estoy de acuerdo con el pensamiento de Arias. Intentaré explicarme. Efectivamente, desde casi el primer momento, el triángulo dio pie a otras figuras geométricas, como el cuadrado, incorporando el lado de la “capacidad” (o experiencia), el pentágono (motivación), hexágono (innovación)…

Pero, como dice el propio Arias, la “figura geométrica no tiene por qué ser equilátera”. Por lo anterior, reitero que más que una jubilación lo considero una evolución del primigenio. Tal vez, Cressey debería haber barajado otro nombre en previsión de lo que más tarde inspiró: que fueran más de tres factores y, de esta forma, en vez de nombrarse como “El triángulo del Fraude”, quizás hubiera sido más acertado: “La geometría del fraude”. A continuación te dejo un vídeo tutorial, alojado en el canal de Youtube. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. El Triángulo del Fraude. Sitio Compliance. 2011. Visitado el 19/04/2022.
[2] Donald Ray Cressey (27 de abril de 1919 - 21 de julio de 1987) fue un penólogo, sociólogo y criminólogo estadounidense que hizo contribuciones innovadoras al estudio del crimen organizado, las prisiones, la criminología, la sociología del derecho penal y los delitos de cuello blanco. En Akers, Ronald L. and Matsueda, Ross L. Donald R. Cressey: An Intellectual Portrait of a Criminologist. Sociological Inquiry. 1989.
[3] Other People's Money: A Study in the Social Psychology of Embezzlement. Patterson Smith, 1953.
[4] Arias, Antonio. El triángulo del fraude se jubila. Sitio fiscalización.es. 2021. Visitado el 19/04/2022.