jueves, 3 de marzo de 2022

¿El futuro modelo de crecimiento europeo?

Fuente de la imagen: mvc archivo propio
Parte de la tarde del jueves la pasé hojeando el documento de la Comisión Europea (CE), titulado “Hacia una economía verde, digital y resiliente: nuestro modelo de crecimiento europeo”, que ya te avancé y “linkié” en el sitio “Economía Sostenible”, bajo el explícito título “Hacia una economía verde, digital y resiliente[1]. La CE nos recuerda los objetivos comunes con los que se han comprometido la Unión Europea (UE) y sus Estados miembros con respecto a la transición verde y digital y al fortalecimiento de la resiliencia social y económica, reconociendo que la economía europea está experimentando transformaciones sin precedentes en un contexto de grandes incertidumbres vinculadas al panorama mundial y de seguridad. El contenido del documento confirma que esos desarrollos subrayan la necesidad de trabajar en estrecha colaboración con los socios internacionales y reforzar la agenda de crecimiento sostenible a largo plazo.

Con la comunicación, pretende la CE contribuir a los debates sobre el modelo de crecimiento económico europeo, estableciendo las inversiones y reformas clave que se requieren para lograr los objetivos comunes y subrayando la importancia de la acción coordinada de todos los actores relevantes, incluidos la UE, los Estados miembros y el sector privado. Y es que entiende la CE que existe un amplio consenso sobre las prioridades del modelo de crecimiento económico europeo, incluyendo las transiciones ecológica y digital, la necesidad de mejorar la resiliencia económica y social de la UE, así como la preparación para las crisis[2]. Esos acontecimientos destacan la necesidad de duplicar la agenda de reformas y reforzar la cooperación con los aliados de la UE en los desafíos comunes, a fin de promover la paz y la estabilidad. El mercado único[3] será fundamental para lograr esos objetivos.

Esa transformación de la economía europea que promueve la CE se basa en dos pilares: inversiones y reformas. Las inversiones son clave para un crecimiento sostenido y sostenible, y un requisito previo para una transición verde y digital acelerada. Sin embargo, deben ir acompañados de reformas para garantizar que todas las normas de la UE estén alineadas con los objetivos clave de la UE, creando el contexto social y económico adecuado y los incentivos para que los hogares y las empresas contribuyan plenamente a ellos. Asimismo, la transición verde es una oportunidad para poner a Europa en un nuevo camino de crecimiento sostenible e integrador que, además de abordar el cambio climático, ayudará a reducir las facturas energéticas y la dependencia de las importaciones de combustibles fósiles, mejorando así la seguridad energética y de recursos de la Unión. Para cumplir con el Pacto Verde Europeo, la UE necesita aumentar las inversiones anuales[4].

Por otro lado, entiende la CE que la pandemia de coronavirus ha acelerado la transformación digital de la sociedad europea y ha puesto de relieve la importancia de las tecnologías digitales para el futuro crecimiento económico de Europa. La brújula digital propuesta establece los objetivos digitales de la Unión para 2030. Para lograr estas ambiciones, la UE debe aumentar las inversiones en tecnologías digitales clave, incluida la ciberseguridad, la computación en la nube, la inteligencia artificial, los espacios de datos, la cadena de bloques y la computación cuántica, y los semiconductores, así como en las competencias correspondientes. Una estimación de 2020 muestra que en el fomento de esa transición se necesita una inversión adicional[5]. Una transformación digital justa tiene el potencial de aumentar la innovación y la productividad, ofreciendo nuevas oportunidades para las personas y las empresas.

Esa transición digital también contribuirá a los objetivos verdes, con sinergias en muchas áreas de una economía circular inteligente. Al mismo tiempo, la Unión Europea debe hacer frente a los riesgos e incertidumbres, especialmente en el contexto de la actual inestabilidad geopolítica (basta recordar el conflicto en Ucrania). Si bien la mayoría de las empresas y la cadena de suministro mostraron un alto grado de resiliencia y adaptabilidad durante la pandemia, la crisis y la recuperación posterior han revelado una serie de vulnerabilidades en ciertas áreas, que incluyen cuellos de botella en la logística y la cadena de suministro, escasez de mano de obra y habilidades, amenazas cibernéticas y preocupaciones sobre la seguridad del suministro vinculadas a sectores clave de la economía, como es el caso actual en el sector energético[6].

Finalmente, entiende la CE que esta transformación de la economía europea solo tendrá éxito si es justa e inclusiva, y si todos los ciudadanos pueden aprovechar los beneficios que ofrecen las transiciones gemelas verde y digital[7], por lo que el modelo de crecimiento necesita una fuerte dimensión social que se centre en los puestos de trabajo y las habilidades para el futuro y allane el camino para una transición justa e inclusiva. A nivel de la UE, el Pilar Europeo de Derechos Sociales y el Plan de Acción asociado proporcionan un marco coherente para la acción. El presupuesto de la UE y NextGenerationEU brindan apoyo para reducir las disparidades regionales y sociales[8], junto al Mecanismo de Transición Justa, el de Recuperación y Resiliencia y, en el futuro, del Fondo Social para el Clima propuesto. Fuente de la información: CE. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Hacia una economía verde, digital y resiliente. Sitio Economía Sostenible. Visitado el 03/03/2022.
[2] La transformación de la economía es necesaria para salvaguardar la prosperidad y el bienestar de los ciudadanos de la Unión, especialmente en el contexto actual de inestabilidad geopolítica y crecientes desafíos globales.
[3] La principal fuente de resiliencia de la Unión y el activo económico más valioso.
[4] En alrededor de 520 000 millones EUR al año en la próxima década, en comparación con la anterior.
[5] Se alrededor de 125 000 millones de euros al año.
[6] Para mejorar aún más la ventaja tecnológica de Europa y respaldar su base industrial, la UE también tendrá que aumentar la inversión en las industrias espaciales y de defensa europeas, y continuar fortaleciendo las capacidades de gestión de riesgos y respuesta de emergencia ante futuras crisis o pandemias.
[7] Es probable que los efectos sobre el bienestar de la digitalización y la descarbonización se distribuyan de manera desigual en ausencia de medidas de acompañamiento. La reasignación de mano de obra dentro de los sectores y entre ellos requerirá reformas e inversiones a gran escala en el reciclaje y la mejora de las cualificaciones. Será necesaria una fuerte respuesta política a todos los niveles para abordar eficazmente los desafíos sociales y de cohesión que tenemos por delante.
[8] En particular a través de la política de cohesión.