jueves, 10 de marzo de 2022

Cómo enfocar un plan de emprendimiento

Pestañas abiertas en modo investigación tradicional. Fuente de la imagen: mvc archivo propio
En lo que llevamos del mes pasado y este, tengo la oportunidad de coordinar un equipo de trabajo que está elaborando contenidos para un producto formativo relacionado con la formación profesional reglada (FP) en mi país. Una de las especialidades, que si eres follower de este sitio sabes que me apasiona, está relacionada con el emprendimiento en todas sus facetas. Te dejo una instantánea de mi zona de trabajo, con libros abiertos por doquier, contrastando la variopinta doctrina existente en economía y empresa; imagínate tener varias páginas web abiertas en el buscador de turno de Internet, pues parecido pero con libros de papel y utilizando los peldaños de una escalera y otros soportes, a modo de pestañas del despliegue tradicional. Pero vamos a lo que íbamos esta mañana: apuntar unas orientaciones para elaborar un plan de negocio para una futura micropyme, aprovechándome del texto editado en el sitio Contable y Fiscal: "Pistas para elaborar un plan de empresa"[1]. Y es que, a la hora de acometer un plan de empresa, previamente es imprescindible estudiar la situación del sector de actividad, con especial atención al ámbito territorial (región, provincia, comarca, municipio) donde tenemos previsto ubicar el negocio, analizando el surgimiento y la evolución del emprendimiento. También, es fundamental la búsqueda de ideas de negocio y el análisis y viabilidad de las mismas. Se sugiere realizar un estudio previo sobre la viabilidad o no del proyecto de emprendimiento, de forma que podamos averiguar cuestiones tales como qué puedo ofrecer respecto a lo que ya hay en el mercado o a qué tipología de clientes me voy a dirigir, es decir, quién es mi público objetivo. 

Un aspecto trascendental es conocer bien cuál es la competencia y cómo trabaja, junto a saber cómo está el mercado en el ámbito territorial donde la persona emprendedora pretende ubicarse, tanto a nivel internacional, como nacional, regional, comarcal y municipal y en cuestiones de saturación o crecimiento como en temporalidad y estacionalidad. Junto al conocimiento del mercado, la estrategia a seguir, el análisis de la viabilidad económica, financiera, operativa y comercial de cada idea de negocio, no olvidemos aspectos igualmente importantes como pueden ser la capacidad, la experiencia y la formación que la persona emprendedora atesora, junto a su ilusión y persistencia. Por tanto, el siguiente paso sería estudiar el entorno sectorial así como la competencia, enriqueciendo esa investigación con datos estadísticos relativos a los productos a fabricar o servicios a ofrecer, tanto en coste como en precio y otros datos comerciales.  Otro aspecto a tener en cuenta dentro de estas acciones preliminares lo configura el ordenamiento legal aplicable, tanto el general como el específico o sectorial. Seguidamente, trabajamos el DAFO[2] y el CAME[3]. Para la puesta en marcha será necesaria la disposición de un calendario previsional, a modo de programación de acciones a lo largo del tiempo, desde el minuto cero hasta, al menos, tres años. No hay que olvidar la elección de la forma jurídica más adecuada[4] según las necesidades sociales, económicas y financieras, junto a la prospección de ayudas y subvenciones a las que el proyecto pueda acudir. 

Igualmente, es necesario el estudio de las personas que deben colaborar en el proyecto, conocido doctrinalmente como plan de recursos humanos, valorando y describiendo los puestos de trabajo y los perfiles laborales o profesionales, plasmándose todo ello en el preceptivo organigrama del emprendimiento. Este plan de recursos humanos registrará la forma legal de contratación laboral y la política de retribución, tanto económica como emocional. Otro hito correlativo e importante es el plan comercial, donde deberemos realizar un esfuerzo cognoscitivo de posicionamiento de la política de marketing, trabajando términos como pueden ser la descripción del producto o del servicio que se va a ofrecer y cómo se va a ofrecer, la promoción y distribución de los productos o servicios y los precios a aplicar. Obviamente, necesitamos saber aspectos sumamente importantes como la inversión inicial, los gastos en los que vamos incurrir y los ingresos previstos, que denominaremos aspecto o plan económico. También, pagos y cobros que deberemos realizar, tanto al inicio del emprendimiento, como a lo largo de los periodos previstos[5]. Esta descripción de las inversiones, así como la previsión económica y financiera lo largo de los primeros periodos mercantiles y fiscales, se plasmará en balances de situación, cuentas de pérdidas y ganancias y estados presupuestarios de ingresos y gastos y de gestión presupuestaria de la tesorería (pagos y cobros previstos). Todo ello, nos posibilitará una fotografía de la rentabilidad económica y financiera del emprendimiento. A continuación inserto la presentación de un capítulo del módulo de FP Iniciativa Emprendedora, alojado en el canal de Youtube.
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Pistas para elaborar un plan de empresa. Sitio Contable y Fiscal. 2014. Visitado el 10/03/2022.
[2] Enumeramos las amenazas, debilidades, fortalezas y oportunidades.
[3] Las preceptivas correcciones, planes de contingencia, mantenimiento de las fortalezas y sacar el máximo provecho de las oportunidades.
[4] Empresario individual, sociedad limitada, cooperativa…
[5] Al menos realizar una previsión a tres años vista.