lunes, 27 de septiembre de 2021

Educación Formal y Educación No formal

Fuente de la imagen: archivo propio
Durante el mes de septiembre he estado integrado en un grupo de expertos que ha valorado un proyecto de gestión de una institución educativa que previsiblemente durante los próximos años se instalará en mi ámbito territorial de actuación. En la semana pasada le hemos dado un último toque doctrinal al informe final. Observo en el apartado "Fuentes bibliográficas y webgráficas" que, junto a reciente y robusta doctrina de ámbito nacional e internacional referenciada, se encuentra el compendio actualizado sobre "planificación y gestión de instituciones de formación", coordinado por Joaquín Gairín Sallán y Adalberto Fernández Arenaz. Y es que todavía anda por la estantería un ejemplar[1] que utilicé cuando estuve colaborando por primera vez (1998) en Tadel Formación, en un proyecto de reorganización y reestructuración empresarial.

En su momento, me gustó la diferencia que los coordinadores establecían en la presentación, entre educación formal y no formal. Por educación formal entendían, por un lado, “la educación que desemboca en la obtención de un título académico estandarizado y, por lo tanto, regulado en las formas de acceder y conseguirlo, relacionado con la estructura del sistema educativo” y, por otro, “el modelo educativo que utiliza elementos que pueden ser catalogados de clásicos en el sistema educativo: centros escolares, programas preestablecidos, profesores presenciales, aulas y horarios rígidos”. En cuanto a la educación no formal, la conceptualizaban como el “proceso de intervención educativa que se realiza al margen del sistema educativo, que puede utilizar medios no convencionales y que mantienen estructuras con entidad propia, aunque no generalizadas”.

También, puse en valor otra reflexión: “Identificar lo formal con lo importante o lo serio es caer en el error por la vía del estereotipo y la simplicidad. Igualmente, lo es establecer la similitud entre la educación no formal y la educación asistemática informal”. Los autores consideran que la educación no formal “no excluye la posibilidad de alcanzar una alta preparación personal y profesional, incluso, una titulación aceptada ampliamente a nivel social aunque no reconocida oficialmente, ni justifica la falta de sistematismo que resulta imprescindible para conseguir procesos educativos eficaces”. Para Gairín, “hablar de educación exige pensar, cada vez más, en contextos de actuación no formal”. Parte de este texto también se ha editado en el sitio book—post, bajo el título “Planificación y gestión Instituciones de Formación”. Fuente de la imagen: archivo propio.
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[1] Gairín Sallán, Joaquín. Fernández Arenaz. Adalberto (Coordinadores). Planificación y gestión de Instituciones de Formación. Editorial Praxis. 1997.