Fuente de la imagen: mvc archivo propio |
La Licenciatura, como la ejecuté por las tardes, en la Facultad, ubicada en El Ejido (Málaga), pues “na de ná”. Como te digo, fue ya de adulto, cuando mi familia me argumentó la necesidad de meterle energía al cuerpo a primera hora[6]. Recuerdo que en unos lejanos “Ejercicios Espirituales”[7] a los que asistí, uno de los participantes me dijo que desde que había dejado de desayunar copiosamente, su peso se redujo considerablemente. En fin. Ahora llega Amaya y me apunta la opinión del catedrático de la Universidad de Navarra, Alfredo Martínez: "Es una más, ni más ni menos importante que la cena o la comida". Esa reflexión la percibo lógica. Es más, hace algunos años me razonaron la ancestral costumbre de no desayunar, o desayunar poco, de la siguiente forma: nuestros abuelos de la Prehistoria y más allá, cuando se despertaban, en muchas ocasiones sólo podían beber agua y poco más, ya que se tenían que poner a correr para conseguir carne (o para no ser desayuno de otras fieras), y una vez avituallado el alimento (al mediodía o a mitad de la mañana, en el mejor de los casos), entonces se ponían a comer y luego, supongo, llegaba la siesta, al menos en mi país[8].
______________________________
[1] Como los que te relataba en” Agenda incumplida”, “Corto me supo” o “De refinanciaciones y murallas”. Sitios visitados el 25/02/2018.
[2] Velasco Carretero, Manuel. Regale un desayuno (2009), Desayuno en la vida (2007). Sitios visitados el 25/02/2008.
[3] “Chocolate con churros”, “Con energía comienzo el día”, “Sabor y tradición”, “Típicas del campo”, “Consagrados hartazgos”, “Chicharrones rondeños”, “Hartazgo de churros”, “Hábitos mañaneros” o “Consejos alimenticios para estar mejor”. Sitios visitados el 25/02/2008.
[4] García, Amaya. El desayuno ¿es tan importante? El Mundo. 2018. Sitio visitado el 25/02/2008.
[5] Donde realicé la Diplomatura.
[6] Velasco Carretero, Manuel. Ejercicios Espirituales. 2008. Sitio visitado el 25/02/2008.
[7] Casualmente es cuando he empezado a poner también esos "kilitos" de más.
[8] Este texto también se ha editado en el sitio GASTROPOST, bajo el título "La controversia del desayuno".