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Por ejemplo, el “comprar por comprar” ni se me ocurra; tengo que disponer de algo tan básico como es un presupuesto, sí: "un presupuesto". Otra recomendación es “mejor solo que bien acompañado”; si voy con más personas es más fácil comprar cosas que no necesito. Y ya puestos, recordar otro dicho “compara y si encuentras algo mejor, pues… piénsatelo”. En cuanto a la tarjeta de crédito ni que decir tiene que “cuidadín” con su uso[2].
Siguen aconsejándome con el refrán “que no te den gato por liebre”, en el sentido de fijarme bien en lo que compro[3]. ¡Ah! y respecto a los mensajes tramposos o embaucadores, comprobar cuál es el presunto descuento real y la calidad de lo que me ofrecen. Para terminar, no sólo guardar todas las facturas, los tickets y resto de papeles, también las cajas, envoltorios, bolsas… por si, llegado el caso, tengo que proceder a la devolución: toda precaución es poca.
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[1] Textos como “Que la suerte me acompañe”, “Rebajas de enero”, “A vueltas con los fraudes en las rebajas”, ¿Obligado minimalismo? o “Consumo responsable”, son buena prueba de ello. Sitios visitados el 18/01/2018.
[2] Que luego llega, precisamente, el “tío Paco” con otras “afrentas” más temidas.
[3] No vayan a ser productos de otras temporadas, usados o con defectos.