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En cuanto al sofrito, realmente "como gustes". Se acostumbra a echar una guindilla que, junto al tocino de jamón o el chorizo y el sazonamiento al gusto, vino blanco y remover casi continuamente, van posibilitando un exquisito guiso. Reducido el caldo, incorporamos ajo y almendras machacadas[1] y cocemos otros quince minutos. Si puedes “emplatarlos” en una cazuela de barro, estupendo, si no, en un plato hondo y, en todo caso, que no se enfríen. A continuación, te dejo un vídeo, alojado en Youtube cortesía de Anna recetasfaciles, donde se explica cómo limpiar caracoles a conciencia para cocinarlos y comerlos sin reparos, mediante un método lento, laborioso, pero efectivo. A Anna le gustan los caracoles muy picantes, pero se puede elegir añadirle menos pimienta y menos guindilla para hacerlos a tu gusto, siendo para esta cocinera muy importante que se deje reducir bien la cebolla y el tomate para que se confiten y adquieran ese sabor tan característico. Este texto también se ha editado en el sitio GASTROPOST, bajo el título "Caracoles en salsa".
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[1] Opcionalmente con pan previamente “sartenado”.