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Anda el personal un tanto animado con la reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia Europeo (TJUE), en materia de clausulas suelo. No quiero afectar a su alegría, pero me extraña sobremanera que las entidades financieras afectadas estén devolviendo hasta el último céntimo de euro apropiado indebidamente, sin tan siquiera rechistar. Mientras ayer escuchaba a las amistades platicar sobre el referente, me acordé de la pregunta que, tres días antes de salir la resolución del TJUE, y en el marco de una sesión sobre “Negociación y formalización de contratos bancarios”, le hice al ponente, Bartolomé Cantarero Martínez, acerca de hacia dónde se iba a inclinar el Tribunal.
Lo clavó el letrado, lo cual reconozco que me sorprendió, puesto que tenía mis dudas, dado que desde hacía un tiempo andaba merodeando por los “andurriales” europeos, el dictamen del Abogado General. En cuanto al contenido de la ponencia, Cantarero Martínez circuló por las figuras tradicionales de la financiación (préstamo, crédito...), hasta otras fórmulas ya no tan vanguardistas, como pueden ser leasing, factoring, confirming, renting, leaseback, rentback… En conclusión, el tejido económico de mi país, conformado por un avasallador porcentaje de pymes y micropymes, actualmente se las ve y se las desea para seguir manteniendo los ratios de financiación bancaria de otros tiempos, que “artificiosamente” fueron mejores. ¿Y qué le vamos a preguntar al emprendedor o al empresario autónomo?
Su horizonte financiero es bastante gris por la crisis, unido a los ajustes exigidos por los reguladores y no atendidos por el “papá Estado”, que aunque sean irrisorios en comparación con los agujeros que tienen que sufragar los contribuyentes, al afectar a las cuentas de resultados, pues… A buen entendedor… En resumen: El ingente capital que el Regulador ha inyectado al sistema financiero español, en vez de llegar al emprendedor, autónomo, pyme… se queda en la entidad bancaria para sanear sus balances y hacer negocio con los grandes operadores y los mismos Estados, con la complacencia del gobierno de turno, el descarado "mirar a otro lado" del legislativo y el lento proceder del judicial. Si el grifo no se abre, no sale agua. Fuente de la imagen: pixabay.