Fuente de la imagen: mvc archivo propio |
Es el conejo una de las carnes blancas que siempre que puedo intento invitar a mi dieta mediterránea particular. En textos como “Conejo al vino blanco añejo” o “Torneado y perseverante”[1], te apuntaba recetas de conejo al vino y conejo al ajillo, respectivamente. En “Coolhunting”[2] te referenciaba de pasada el arroz con conejo al que me invitaron en los conclusivos de la Feria de Pedro Romero, de mi pueblo, Ronda (España), hace ya ocho años, pero no he apuntado en este sitio la receta. Esta semana ha caído un conejo con arroz, así que ahí va[3].
Para ocho personas, un conejo troceado de un kilo, kilo y cuarto aproximadamente[4], medio kilo de arroz, tres dientes de ajo, dos tomates, perejil al gusto, azafrán, dos pimientos verdes, pimiento morrón, aceite de oliva virgen extra y también me gusta rociarlo con un cuarto de vino blanco añejo[5]. Se sazona al gusto y se rehoga en la cacerola con dos dientes de ajo. El hígado frito de muele en un almirez junto con un diente de ajo, el perejil y el azafrán. Los pimientos se limpian y enteros se incorporan al recipiente[6]. Los tomates, también, pero picados.
Seguidamente se incorpora la mezcolanza del almirez, se emborracha todo con el vino y se deja en evaporación a fuego lento durante unos veinte-treinta minutos[7]. Una vez cocido, se incorpora el agua necesaria para el medio kilo de arroz y el arroz, dejando cocer quince-veinte minutos. A mí me gusta que salga un poco caldoso. A continuación te dejo un vídeo, subido a Youtube por Chobichoba, con la receta de la tita Mari Carmen, donde explica un arroz con conejo al estilo fiñanero, que me encanta. Fuente de la imagen: mvc archivo propio.
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[1] Velasco Carreero, Manuel. Conejo al vino blanco añejo (2016), Torneado y perseverante (2015). Sitios visitados el 04/09/2016.
[2] Velasco Carretero, Manuel. Coolhunting. 2008. Sitio visitado el 04/09/2016.
[3] La foto del encabezado recoge una instantánea del rehogo de la carne.
[4] Sin contar la cabeza.
[5] De Mollina (España).
[6] Una vez cocidos, se extraen antes de que se deshagan y luego se reúnen nuevamente casi al final.
[7] Dependiendo de la intensidad del fuego; si se consume pronto el líquido, ir reponiendo con agua.