miércoles, 7 de septiembre de 2016

En modo polisincrónico

Fuente de la imagen: pixabay
Si eres follower de este sitio, seguramente conocerás que en más de una ocasión he tratado el tema de los ladrones del tiempo en el trabajo. Textos como “Concentrarse y ser más productivo” o “Nuevos ladrones del tiempo[1] son buena prueba de ello. En “Correo ladrón[2] te confesaba que a veces dedico más tiempo del que debería a la contestación de correos electrónicos, llegando a la conclusión que "la costumbre" de atender a cualquier precio los emails que recibo a lo largo de la jornada laboral, que "ya la había desterrado" con mucho esfuerzo, irrumpe sigilosamente, en el día a día, echando por tierra la agenda. Entre el tiempo de contestar y el espacio temporal necesario para retomar el hilo de los temas interrumpidos, se me va parte del día. 

Lo anterior llevaba a la conclusión de que hay que seguir aprendiendo a lidiar el tiempo, ahorrándolo, priorizando, implantando metas, replanteándose y modulando los hábitos, delegando y, en esta época de artilugios tecnológicos por doquier, moderando y “austerizando” el uso de los dispositivos móviles. Sin embargo, estos planteamientos organizativos no tienen por qué ser todo lo efectivo que se piensa. Ayer, me cuestionaron esos hábitos presuntamente buenos del uso racional de los dispositivos móviles o comprobar el email sólo una o dos veces al día. Respondí que efectivamente no todo es blanco o negro, sino que el quid de la cuestión se encuentra en los matices, es decir, en la capacidad de cada uno para trabajar en modo “varias cosas a la vez”. Ciertamente, lo que a una persona le puede afectar a otra no tiene por qué.

De hecho, hace varios años, V. Souitaris y M. Maestro escribían en Harvard Business Review The case for multitasking[3], que traducido[4] es algo así como “Argumentos a favor de la multitarea”, donde profundizaban en la idea de que bajo ciertas circunstancias, los equipos pueden funcionar mejor cuando asumen e integran en sus agendas las perturbaciones organizativas. Basándose en un estudio[5], se valoró lo que catalogaron como polychronicity y que me atrevo a traducir como “polisincronizar”, predisposición a la multitarea por parte de los equipos directivos, comparando esta evaluación con los resultados de las empresas, arrojando que un tercio de los equipos resultaron ser altamente policrónicos, siendo el resultado de las empresas de estos grupos característicamente mejor que el resto (Fuente de la imagen: pixabay).
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[1] Velasco Carretero, Manuel. Concentrarse y ser más productivo (2015), Nuevos ladrones del tiempo (2016). Sitios visitados el 07/09/2016. 
[2] Velasco Carretero, Manuel. Correo ladrón. 2009. Sitio visitado el 07/09/2016.
[3]  Souitaris, Vangelis; Maestro, Marcello. The case for multitasking. Harvard Business Review. 2011. Sitio visitado el 07/09/2016.
[4] Con mi inglés de los Montes de Málaga.
[5] De doscientas empresas del sector de la tecnología de Inglaterra.