viernes, 8 de noviembre de 2013

Mismo perro, distinto collar

Fuente de la imagen. andremsantana en pixabay
Probablemente, recordará Javier las clases de la asignatura de Estadística, con la profesora Ana, en la Escuela de Empresariales, primera mitad de la década de los ochenta del siglo pasado, donde aprendimos esa disciplina de estudio de datos y, sobre todo, sustancial herramienta, invitada estrella de toda investigación científica, ya sea en la biología, la física, la historia… y, ¡cómo no! en la Econometría, asignatura que nos encontramos en la Facultad. Pues bien. Ayer, mientras mi mente digería las últimas estadísticas cocinadas por el CIS en mi país (ABC, El Mundo, El País), recordé algunos momentos de aquellas fuentes de conocimiento y una cita que se me quedó grabada desde entonces, creo atribuida al Conde de Beaconsfield, Benjamin Disraeli, y que te transcribo a continuación: “Existen tres paradigmas de falsedades: pequeñas, grandes y estadísticas”. Supongo que este político y aristócrata británico del siglo XIX se refería a la cocina de los datos estadísticos, esa descriptiva perversa, esa selección malévola, esa exageración de diferencias, esa muestra olorosa, ese voto oculto, esas astucias algorítmicas, esas fundamentaciones matemático-sociológicas, ese sospechoso destierro de incómodos valores atípicos, esa hipótesis nula favorecida, esos ingredientes reservados, esa fórmula secreta. También, se le atribuye a Lawrence Lowell, decano de la Universidad de Harvard a principios del siglo XX, la siguiente frase: “Las estadísticas, como algunos dulces, son buenas si se sabe quién las hizo y si se está seguro de los ingredientes”.

Desde que soy consciente de los análisis del CIS, al sorprenderme sus tendencias y bruscos virajes, se me puso la mosca cojonera detrás de la oreja y situé en cuarentena sus resultados, por no entender la receta utilizada en el cocinar de la información. Pero parece que no soy solo yo el que está, como Dinio, confundido. Como muestra, un botón: Libertad Digital "CIS: Una manipulación que puede hacerse realidad", Periodista Digital, El Semanal Digital, etc. Volviendo al presente, denoto unos resultados extraños en los últimos datos publicados. Te voy a trasladar mis impresiones generales como ciudadano de a pie. Es lógico que el PSOE baje[1]. No razono lo de los otros partidos minoritarios. Por lo demás ¿Qué pasa con las nuevas corrientes? En cuanto al PP, éste sube y, sin embargo, los datos de todos los integrantes del gobierno son desastrosos. Después de lo que, “a pesar de los pesares”, estamos conociendo a nivel global, nacional, regional… ya sea espionaje, manipulaciones, fraudes, estafas… lo fácil es pensar que el cocinero de turno se ha pasado en la cocina con las referencias a la baja del ejecutivo[2] o aliñando las reseñas de los partidos al gusto de “quién sabe dónde”. En fin. Sigue estando de actualidad lo que Álex Roa, en su Política (i)lógica, escribía hace unos años y que interpreto como: “mismo perro, distinto collar”, es decir, a pesar de que el color político sea otro, la situación parece ser la de siempre. Pero esto es España. Más de lo mismo. Si puedes, recarga pilas en este fin de semana (fuente de la imagen: sxc.hu). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: andremsantana en pixabay.
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[1] Poco, me ha parecido.
[2] ¿Querrán cargarse a la mayoría de los ministros?