Fuente de la imagen: jcbeni en pixabay |
Como ya estoy acostumbrado y siempre son los mismos, no me
molesta, salvo cuando te implican o te ilusionan con determinado proyecto
profesional y a la vuelta de la esquina el susodicho desaparece como por arte
de magia, sin atender a correos electrónicos, teléfonos… o te despacha con
evasivas. Al tiempo aparece como si no hubiera pasado nada o, incluso,
echándote en cara cualquier tontería. Con lo honroso que es coger el toro por los cuernos y si un plan no sigue adelante, o no se puede cumplir con lo promocionado, o han cambiado las tornas... pues se dice y no está uno engolosinado con presuntas falsas promesas de colaboración, de compensación, de retribución, de trabajo, de facturación... Lo normal es que poco a poco se vaya perdiendo la confianza en esas personas, cuando no el respeto, si bien estos perfiles no hay que
confundirlos con los “caballeros blancos”[3] (ver, también, el post “Déspota y podrido”[4]), aunque a veces me da que pensar si algún que otro no ha sido engendrado en el
mismo entorno, porque ¡Jopé! ¡Qué caradura tienen determinados "Guadianas"! La imagen de cabecera es de una panorámica del "Puente Internacional del Guadiana", muy cerca de su desembocadura (Fuente: Wikimedia Commons). Imagen incorporada con posterioridad; fuente: jcbeni en pixabay.
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[1] llarina. como el guadiana …. Sitio Siempre amanece ~ de naufragios y resurrecciones. 2009. Visitado el 17/10/2013.
[2] Díaz-Pintado Carretón, José. El polémico Guadiana: historia y leyenda del río Guadiana. Ed. Soubrie. 1997.
[3] Velasco Carretero, Manuel. Caballeros blancos. 2007. Sitio visitado el 17/10/2013.
[4] Velasco Carretero, Manuel. Déspota y podrido. 2009. Sitio visitado el 17/10/2013.