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Los "calmantes" textos del Ordenamiento Jurídico Español, que
subrayaba ayer por la tarde una y otra vez, abrigando la esperanza que los
conocimientos se pegaran a mis depauperadas neuronas cerebrales, me derivaron a
la reflexión sobre la buena justicia ¿Hay buena y mala? Mejor, la Justicia y
su efecto positivo no sólo en los sujetos pasivos (salvo los que estén muertos,
se entiende) y los bienes jurídicos, sino, también, en los equipos de trabajo
que sienten que se les escucha y saben por dónde van los tiros de la estrategia
del proyecto en el que colaboran.
No me extrañaría que, incluso, se hayan realizado estudios sobre
este tema, pero las conclusiones, si existen, serán de cajón, puesto que
aplicar justicia en las empresas, procesos, departamentos y divisiones promueve
un fortísimo sentimiento de pertenencia y de compromiso con la misión y los
objetivos de la institución. Pero ¡Ojo! No pensemos que este enfoque sólo está en los hombros del number one o del comité ejecutivo. Todos los miembros con poder de decisión
son responsables que la justicia circule por la empresa, como el aire que respiramos. Fuente de la imagen: elaboración propia.